El centro de conservación marina Ecocéanos emitió un comunicado cuestionando la efectividad del recién aprobado decreto que prohíbe la pesca de arrastre en los 117 montes submarinos localizados en el ecosistema del país, los que abarcarían un total de 68.065,63 Km cuadrados, representando el 0,84% de los 14 mil que hay en el mundo. Ecocénanos señala que “le llama la atención la “letra chica“” de la resolución, donde se señala que se...
...prohibirá la actividad “a menos que exista una investigación científica realizada de acuerdo al protocolo y reglamento a que se refiere el artículo 6° B, que demuestre que la actividad de Pesca no genera efectos adversos sobre los ecosistemas marinos vulnerables presentes en el área”.
“Lo anterior demuestra la presión de los grandes conglomerados pesqueros industriales sobre el parlamento y los organismos normativos gubernamentales, impidiendo cerrar de manera total y efectiva estas valiosas áreas marinas y eliminar uno de los mas destructivos artes de pesca”, sostiene el Centro, aseverando que la única medida que asegura la real protección de las formaciones geológicas es el cumplimiento del compromiso de la presidenta, referida a la eliminación de las operaciones de pesca de arrastre en aguas chilenas.
En declaraciones recogidas por Ecocéanos, Gino Bavestrello, presidente de FEPACOR la Subsecretaría de Pesca “sigue engañando a la gente con grandes anuncios pero que en definitiva llegan tarde pues cuando se exigió el fin de la pesca de arrastre para los montes submarinos, los gobiernos guardaron silencio y permitieron que la flota industrial siga depredando. Ahora esos montes submarinos son desiertos submarinos, no hay mucho que proteger allí”.
El dirigente del Condepp agregó que “y si queda algo, tampoco está protegido porque la letra chica de estas resoluciones y de la Ley de Pesca sigue permitiendo la pesca de arrastre en esos ecosistemas, siempre y cuando sea investigación científica, sabiendo todos que la investigación es un fraude y ha permitido que las 7 familias de industriales destruyan los ecosistemas y desaparezcan las especies”.
“Las organizaciones de pescadores artesanales en alianza con los estudiantes, tenemos como una de sus demandas centrales la derogación de la actual ley de pesca y la eliminación total de las operaciones de pesca de arrastre”, agregó el dirigente.
La protección llegó tarde
Ecocéanos recuerda que el reciente decreto es fruto del trabajo y presión ejercida por las organizaciones ciudadanas y ambientales y que no obstante, cuando este llegó ya habían sido devastadas gran parte de las formaciones geológicas de zonas como el archipiélago de Juan Fernández, por las actividades de las flotas industriales de las empresas Pesca Chile, filial de la transnacional española Pescanova, y de Frío Sur, de propiedad de la familia Del Río.; “Las operaciones legales sobre estos ecosistemas vulnerables se concentraron sobre los recursos pez reloj anaranjado conocido como Orange roughy (Hoplostethus atlanticus), alfonsino (Beryx splendens) y besugo (Ipigonus xystrama), los cuales se exportaron aprovechando los altos precios en los mercados de Estados Unidos y Japón.”
Frente a esto, el director del Centro Ecocéanos, médico veterinario Juan Carlos Cárdenas, señaló que “hoy, las valiosas especies como orange roughy y alfonsino, incrementan la lista de pesquerías chilenas colapsadas, mientras los ecosistemas de corales de aguas frías donde ellas se concentraban en el período reproductivo, han desaparecido de manera irreversible, debido a su tala por el impacto del arrastre de fondo; Para los montes submarinos del archipiélago de Juan Fernández, la protección del Estado chileno llegó tarde”.
Agencias/Simacaribe 06/03/2015