Las cuevas cubanas albergan formaciones secundarias únicas en el mundo y muestran y conservan también parte del universo arqueológico, legado de nuestros aborígenes y cimarrones.
La palabra Espeleología procede de dos vocablos griegos, Spelaiwn y Logos, que significan Ciencia de las Cavernas.
Consiste en el estudio científico de las cuevas, ríos subterráneos y otras cavidades.
Sociedad Espeleológica de Cuba (SEC) fue fundada el 15 de enero de 1940 por el geógrafo, espeleólogo y arqueólogo Antonio Núñez Jiménez (1923-1998). Ese día fue la fecha escogida para celebrar el día de la ciencia cubana; los diferentes grupos espeleológicos pertenecientes a la SEC se han dedicado durante años a explorar agrestes parajes en busca de cavernas para estudiar y documentar.
Hallarlas no ha sido difícil, pues nuestra aguzada isla es un paraíso espeleológico de notable importancia.
El agua no solo hace posible la vida en el planeta, sino también es el principal elemento formador de cuevas.
Este preciado líquido al hacer contacto con las rocas carbonatadas da lugar a la disolución, proceso que propicia la formación de ríos subterráneos y cavidades.
Pinar del Rio, la provincia más occidental y a su vez la zona cárstica más abundante de la isla, es conocida como "La Capital del Carso en Cuba".
Ahí se encuentran los dos sistemas cavernarios más grandes de Cuba: Palmarito, localizado en la sierra de Viñales, con un recorrido de más de 60 kilómetros; y La Gran Caverna de Santo Tomás, con más de 45 kilómetros, señalada por Núñez Jiménez como "La princesa de las espeluncas cubanas".
Hoy, al pie de esta caverna, en un singular hoyo entre mogotes, está la escuela o Centro Nacional de Espeleología Antonio Núñez Jiménez, fundado en 1984 por orientaciones del actual presidente cubano, General de Ejército Raúl Castro Ruz.
Desde entonces y hasta hoy aquella espelunca, descubierta en la localidad de El Moncada, se convirtió en la base de estudios y preparación de las nuevas generaciones de espeleólogos cubanos.
Existen otras cuevas, como Guevara, localizada en sierra Guasasa, a 300 metros sobre el nivel del mar, con una maravillosa vista del valle de Viñales y hogar de poblaciones de jutías como la conga (Capromis pirolides) y varias especies de murciélagos.
Cueva Geda y El Panal, ubicadas en la misma sierra, abrigan una colección de fósiles de animales extintos no vista en ningún otro lugar de Cuba, además de espeleothemas y excéntricas de todo tipo (formaciones secundarias), exclusivas y bien conservadas.
En la sierra de San Carlos se muestra magnánima la caverna Majagua-Canteras; sumidero de dos ríos, el Majagua y el Canteras, que se unen dentro, formando un mismo cauce al salir por el resolladero.
Posee espacios muy grandes como el salón de Los Gigantes y el salón de Los Pájaros. En este último se puede colocar dentro el hotel Habana Libre y aún queda espacio para observar bien su arquitectura.
La Cueva del Indio, también en sierra Guasasa, presenta formaciones de gran tamaño, y es parte del centro turístico Rancho San Vicente, de Viñales.
Está adaptada para mostrar al turismo nacional e internacional, y el recorrido se realiza en bote con un guía y una breve explicación a los visitantes de algunos de los fenómenos cavernarios.
En la Península de Guanahacabibes varias de las cuevas localizadas tienen un marcado interés arqueológico y fueron centro de asentamientos aborígenes y de cimarronaje.
Las Cuevas del Indio y del Hurón, El Motor, El Mono, De Lucía, Juan Estrada, El Arabo, La Pintura, son algunas de las solapas con residuarios arqueológicos de importancia. Al pie del Pan de Guajaibón, la elevación más alta del occidente cubano, se encuentran cuevas como Canillas, formada por el río del mismo nombre; y Los Bejucos, que albergan un sitio arqueológico con pictografías (pinturas en la piedra) y petroglifos (dibujos incisos en la piedra), al parecer de la etapa aborigen.
Los Perdidos, un Sistema cavernario compuesto por cuevas como El altico, Las Mordidas, Los Plátanos, Furnia del Aire, la Gran Caverna Los Perdidos, con un recorrido de más de 30 kilómetros y declarada Monumento Local, son otras.
Estas, en su mayoría funcionan como sumideros y aliviaderos en momentos de crecidas del río que las circunda, tienen galerías estrechas y peligrosas y también salones amplios y hermosos.
En la Isla de la Juventud, se encuentran las cuevas de Punta del Este, que se conocen en su conjunto como "La Capilla Sixtina del Arte Rupestre Cubano".
Poseedoras de fantásticos murales expresados en círculos concéntricos rojos y negros, existen muchas hipótesis acerca de estas grafías, pero la verdad de lo expresado se quedó dormida en el recuerdo de nuestros ancestros aborígenes.
En Artemisa, exactamente el Jardín de Aspiro es un área que posee un sistema cavernario compuesto por más de 20 cuevas y cavernas de características diferentes.
Está El Altar, sumidero del río Taco Taco, con un trayecto de siete kilómetros de galerías, principalmente inundadas, con formaciones de mantos cársicos, flores de yeso y una impresionante cascada de más de 10 metros de altura dentro de la caverna .
Grandes furnias (cuevas verticales) como la 1ro de mayo, con 149 metros de trayecto, y La Desagradable con 140, son parte de este impresionante lugar, que en el siglo XIX fue el jardín botánico de mayor importancia en Cuba.
Estas sirven para evacuar grandes volúmenes de agua en los períodos de intensas lluvias, y poseen lagos que albergan pálidos camarones ciegos.
En Mayabeque se ubican dos de las cuevas inundadas más visitadas por los espeleobuzos, una de ellas, Luis Piedra, en el barrio de Camacho en Quivicán.
Cuenta con unos 550 metros de recorrido y la conforman una galería principal y otras secundarias que conducen a tres salones de extraordinaria belleza y magnitud.
La otra es Juanelo Piedra, también de extraordinaria belleza, que cuenta entre su fauna con peces ciegos, los cuales semejan pequeños fantasmitas blancos nadando en sus transparentes aguas.
La Atenas de Cuba, Matanzas, presume del Sistema cavernario Pluma, localizado cerca del puente de Bacunayagua, con cuevas como El Agua, El Mostrico, La Cachimba, Caguayanes, El Mural y El Jagüey, entre otras.
Es un magnífico residuario arqueológico de tipo colonial y aborigen con un amplio desarrollo de arte rupestre, con representaciones pictóricas y petroglifos de notable importancia. Por otro lado, el sistema cavernario Bellamar está conformado por cuevas de extraordinaria belleza como El Jarrito, en la que se lleva a cabo un proyecto de fotografía en 3D.
Parte de esta espelunca está adaptada para mostrar al público desde hace más de un siglo, dispone de luz eléctrica y es visitada a diario por muchas personas.
La Caverna Santa Catalina, con una trayectoria horizontal muy laberíntica, cuenta con llamativas formaciones en sus aproximadamente 11 kilómetros de galerías.
Es la única en Cuba y en Latinoamérica que presenta espeleothemas conocidos como los Hongos de Zinolita, creados como resultado de procesos alternos de relleno terreo y activación freática.
En Sancti Spíritus, está Cayo Zaguanes, que posee alrededor de 30 espeluncas notables, todas diferentes.
Este cayo, desde 1960, tiene acceso por tierra, debido a un terraplén construido para extraer guano fósil de murciélago de las cavernas.
En cueva Humboldt, dicha extracción duró algunos años y afectó el funcionamiento normal de esta.
La cueva de El Pirata posee gours (depósitos naturales que almacenan agua) de hasta un metro de profundidad.
La Cueva Grande de Zaguanes, con tres mil 235 metros de recorrido, cuenta con una abundante población de murciélagos pescadores de gran tamaño y con el interesante Lago Martí.
Este se comunica con el mar por uno de sus boquetes; atesora una rica fauna acuícola y, según la literatura especializada, en él vivían esponjas cavernícolas de agua dulce, únicas en el mundo y desgraciadamente ya extintas.
Cuenta con interesantes formaciones, como El Domo que semeja la cúpula del Capitolio de La Habana.
En este singular cayo habitan otras especies exclusivas de murciélagos, como el Mariposa, el más pequeño que se conoce en el mundo.
En Cueva Ramos se colocó una tarja que evoca al Segundo Encuentro Nacional de Arqueología Aborigen en Yaguajay, el 13 de septiembre de 1992, y rinde homenaje a Núñez Jiménez, descubridor en 1958 de los murales pictográficos que atesora.
Precisamente la importancia de esta cueva radica en sus dibujos rupestres, realizados por comunidades aborígenes. Son de tipo hojiforme (forma de hojas) y rediformes (forma de redes), principalmente.
Estas representaciones son frecuentes en varias cuevas de Cuba y del mundo, pero en esta espelunca las grafías son colosales y de impresionantes y definidos trazos.
En el municipio Mayajigua se puede visitar La Chucha, que es la cueva de calor más grande que se conoce en Cuba. La temperatura registrada anda por los 40 grados y la humedad relativa por el ciento por ciento.
También se conocen espeluncas como Trampas Térmicas, que albergan grandes poblaciones de murciélagos, el Phyllonycteris pony principalmente; cucarachas, garrapatas y majaes, lo que crea un singular ecosistema.
En el macizo montañoso del Escambray se localiza la caverna de Martin Infierno, a 650 metros sobre el nivel del mar, declarada hace algunos años Monumento Nacional.
En 1969 se descubrió en ella la estalagmita más grande del planeta, pues cuenta con 67,2 metros de altura desde su base y el salón donde se encuentra mide 86 metros de altura por 200 mmetros de largo.
En Holguín se localizan las cavernas inundadas más grandes de nuestra isla: Tanque Azul y Cristalitos de Papaya, las que sobrepasan los dos mil metros de galerías sumergidas.
En estos sistemas espeleolacustres se concentra la mayor cantidad de redes inundadas en el carst de Gibara.
Finalizando este recorrido espeleológico con Maisí, donde se localiza la caverna de La Patana.
En el extremo oriental de Cuba el clima es predominantemente semiárido y existen lugares donde no se reportan lluvias efectivas durante el año.
El relieve de esta región es típicamente cársico, en el cual predominan las terrazas marinas emergidas, y se constata una gran variedad de accidentes geográficos, como furnias, cuevas, cacimbas y otros.
La caverna de Patana también es conocida en la zona bajo los nombres de Cueva de Los Bichos, del Cemí y del Agua.
En las fuentes o gours que se han formado en el piso de las grutas habitualmente se acumula agua, a excepción de los largos períodos de seca.
Esto la convierte en un importante centro de abastecimiento del líquido, no sólo para los habitantes del lugar, sino también para aquellos que, en camino hacia la costa, la visitan para avituallarse antes de iniciar sus faenas pesqueras.
En esta zona aún se encuentran personas con rasgos aborígenes muy marcados, ya que son descendientes directos de nuestros primeros pobladores.
Los asentamientos en las cavernas de esta área están registrados y son abundantes, lo que hace que estas cuevas tengan una marcada importancia arqueológica para el conocimiento de nuestra historia.
El área cársica de nuestra Isla ocupa casi todo su espacio subterráneo y todas y cada una de estas cuevas tienen una función en la naturaleza. Por eso el cuidado y su estudio son fundamentales.
Agencias/SimaCaribe 3 ago 2011