Un grupo de científicos desarrolla un “escudo solar” que puede ayudar a prevenir el blanqueo de corales que en 2016 y 2017 afectó la Gran Barrera de Arrecifes, en el noreste de Australia.....
Se trata de una película biodegradable, 50.000 veces más delgada que un cabello humano, que contiene carbonato de calcio, el mismo ingrediente que expulsan los pólipos de los corales para construir su esqueleto, indicó la Fundación Gran Barrera de Arrecifes.
La capa “está diseñada para asentarse en la superficie del agua sobre los corales, en lugar de estar directamente sobre ellos, para proporcionarles una barrera contra el sol”, dijo la Fundación que contó con la colaboración de la Universidad de Melbourne y el Instituto Australiano de Ciencias Marinas.
El proyecto financiado por The Tiffany & Co. Foundation, se encuentra en su etapa inicial y ha sido probado a pequeña escala en experimentos que prueban que esta película reduce la luz solar en un 30 por ciento sin causar ningún daño a los corales.
“Los científicos han probado la efectividad de la película del grosor de una molécula en siete especies de corales distintas en la simulación de las condiciones de un caso de blanqueo en el simulador marino del Instituto Australiano de Ciencias Marinas”.
El proyecto fue ideado para explorar nuevas formas de reducir el impacto del blanqueo de corales en la Gran Barrera de Arrecifes, el mayor sistema coralino del mundo.
“Es importante remarcar que no pretende ser una solución que se aplique a la totalidad de los 248.000 kilómetros cuadrados de la Gran Barrera, porque nunca sería práctico. Es para desplegar de forma reducida y local para proteger el valor de áreas de alto riesgo”.
1.500 kilómetros de coral dañados
Según el Centro de Excelencia de Estudios de Arrecifes de Coral de la Universidad James Cook, los blanqueos de corales consecutivos en 2016 y 2017 dañaron unos 1.500 kilómetros de la Gran Barrera, dos tercios del total.
La Gran Barrera, declarada Patrimonio de la Humanidad y hogar de 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos, comenzó a deteriorarse en la década de 1990 por el impacto del calentamiento del mar y el aumento de su acidez por la mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera.