El iceberg A68 acaba de ser descubierto y ha creado fascinación entre la comunidad científica. Un equipo de investigadores se ha desplazado hasta el gigante de hielo para investigar un ecosistema submarino que ha estado oculto durante miles de años.
Cuatro veces la extensión de Londres es lo que mide el bloque hallado en la Antártida. Una imponente masa que, podría albergar organismos desconocidos hasta hoy. “La aparición de A-68 nos brinda una oportunidad única de estudiar la vida marina ya que responde a un cambio ambiental dramático”, ha explicado la Dra. Katrin Linse de British Antarctic Survey, bióloga marina a cuyo mando está la expedición. Y es que en pocas ocasiones puede estudiarse un cambio de condiciones de exposición tan radical.
De hecho, este era uno de los principales aspectos que preocupaban al equipo cuando se hicieron eco del descubrimiento. Cuanto más tardasen en llegar más cambios habría podido sufrir la nueva zona expuesta por la acción, principalmente, de la luz del sol y la aparición de especies que empeizan a habitar el nuevo territorio.
El grupo de científicos de distintas ramas investigará el iceberg que hasta ahora ha permanecido sumergido bajo la plataforma de hielo antártica, recopilando muestras de los distintos estratos de la capa de hielo, placton y otros posibles organismos para acercarnos un poco más a la idea de cómo era la región y su vida hace unos 120.000 años.