Madrid- La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) informó que de más de siete millones de especies marinas en el mundo, sólo 15 se utilizan con propósitos alimenticios, y en el caso de las plantas, únicamente 30 especies de un total de 298 mil.
Manuel
Ferrer Martínez, investigador del Instituto de Catálisis y
Petroleoquímica de Madrid, resaltó que según datos obtenidos en 2011 por
investigadores de las universidades de Dalhousie y de Hawái, en Estados
Unidos, 86 por ciento de todas las especies terrestres y 91 por ciento
de las marinas todavía no se han descubierto, descrito, ni catalogado.
Durante
el curso Metagenómica aplicada a sistemas biológicos, que impartió en
la Unidad Cuajimalpa, invitado por el Doctorado en Ciencias Biológicas y
de la Salud y por el Departamento de Procesos y Tecnología de esta sede
académica, el investigador español refirió que sólo cerca de 60 de las
11 mil especies de poblaciones de microorganismos aportan soluciones
biotecnológicas a escala industrial, mientras que sólo existen tres
tipos de cultivos mayoritarios que proporcionan 50 por ciento del
consumo del mundo.
Sostuvo
que aún es escaso el conocimiento de los organismos vivos y esto limita
el desarrollo de soluciones biotecnológicas para combatir enfermedades
de nuestros días, como la obesidad y la diabetes tipo II.
El
doctor Ferrer Martínez expuso que se creía que las enfermedades eran de
carácter hereditario o genético, pero gracias a estudios realizados se
encontró que sólo cinco por ciento tiene ese origen y que el restante 95
por ciento de posibilidades de contraer enfermedades, como la diabetes
tipo II o las relacionadas con la flora intestinal, se deben a
condiciones externas ocasionadas por el incremento de la población
mundial, estilos de vida sedentarios, la disminución de nuestras fuentes
naturales de energía, el calentamiento global y por los cambios
climáticos.
Las
nuevas tecnologías —sostuvo— constituyen actualmente una vía para
aportar soluciones técnicas a estas problemáticas, pero se requieren
nuevos procesos y productos que incrementen las condiciones de la vida
humana, su productividad y que promuevan criterios de sostenibilidad en
las industrias.
En
entrevista, el especialista mencionó que gracias a la bioinformática es
posible aplicar técnicas matemáticas y computacionales al análisis de
datos que pueden tener aplicaciones biológicas. Detalló que de este modo
es posible unificar todos los datos de las diferentes técnicas
bioquímicas o genómicas para encontrar una respuesta integral de cómo un
organismo puede sobrevivir, así como para conocer sus posibles
respuestas.
Destacó
que la biotecnología estudia los microorganismos y sus enzimas con el
propósito de producir compuestos o productos que nos ayuden a solventar
los problemas derivados de los estilos de vida actuales, para solucionar
problemas médicos o que ayuden a llevar un día a día más fácil, ya sea a
conducir coches menos contaminantes utilizando bioetanol o para
producir alimentos más funcionales, como los prebióticos y prebióticos.
"El
objetivo de la bioinformática aplicada está dirigido en dos vías: cómo
utilizar los microorganismos y todas las técnicas existentes para
producir algo que nosotros queremos; y a entender cómo, por ejemplo,
cualquier respuesta externa, como la ingesta de antibióticos o la dieta,
pueden afectar nuestra flora intestinal", apuntó.
Expresó
que "mediante el entendimiento de las afectaciones a la flora
intestinal podemos aplicar determinados tratamientos médicos u
hospitalarios para solventar problemas derivados de diabetes causada por
la obesidad, o inducida por el tratamiento contra la propia diabetes, o
estudiar la manera cómo los antibióticos producen problemas en la
asimilación de hierro y azúcares, e inhiben la síntesis de ácidos
biliares y la producción de vitaminas".
El
doctor Ferrer cree que sólo a través de la comprensión global de la
flora intestinal se puede actuar para mejorarla. Por ello, resaltó la
importancia de conocer los límites de la vida, y no solamente "cómo
podemos utilizar los microorganismos para fines que beneficien a los
humanos", en conocer cómo y porqué la mayoría de los organismos son
capaces de sobrevivir en condiciones que son muy difíciles para la vida.
Por
último, el especialista menciono que la mayoría de los estudios
emprendidos se encuentra en su etapa inicial y enfocada principalmente a
pequeños grupos de pacientes. Durante el curso mencionó que será
necesario impulsar el quehacer científico con la colaboración de los
sistemas de salud y de los grandes consorcios internacionales para que
los resultados tengan mayores alcances.