domingo, 28 de diciembre de 2014

Sólo 15 especies marinas se usan con propósitos alimenticios, señala universidad española


Madrid- La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) informó que de más de siete millones de especies marinas en el mundo, sólo 15 se utilizan con propósitos alimenticios, y en el caso de las plantas, únicamente 30 especies de un total de 298 mil.

Manuel Ferrer Martínez, investigador del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica de Madrid, resaltó que según datos obtenidos en 2011 por investigadores de las universidades de Dalhousie y de Hawái, en Estados Unidos, 86 por ciento de todas las especies terrestres y 91 por ciento de las marinas todavía no se han descubierto, descrito, ni catalogado.
Durante el curso Metagenómica aplicada a sistemas biológicos, que impartió en la Unidad Cuajimalpa, invitado por el Doctorado en Ciencias Biológicas y de la Salud y por el Departamento de Procesos y Tecnología de esta sede académica, el investigador español refirió que sólo cerca de 60 de las 11 mil especies de poblaciones de microorganismos aportan soluciones biotecnológicas a escala industrial, mientras que sólo existen tres tipos de cultivos mayoritarios que proporcionan 50 por ciento del consumo del mundo.
Sostuvo que aún es escaso el conocimiento de los organismos vivos y esto limita el desarrollo de soluciones biotecnológicas para combatir enfermedades de nuestros días, como la obesidad y la diabetes tipo II.
El doctor Ferrer Martínez expuso que se creía que las enfermedades eran de carácter hereditario o genético, pero gracias a estudios realizados se encontró que sólo cinco por ciento tiene ese origen y que el restante 95 por ciento de posibilidades de contraer enfermedades, como la diabetes tipo II o las relacionadas con la flora intestinal, se deben a condiciones externas ocasionadas por el incremento de la población mundial, estilos de vida sedentarios, la disminución de nuestras fuentes naturales de energía, el calentamiento global y por los cambios climáticos.
Las nuevas tecnologías —sostuvo— constituyen actualmente una vía para aportar soluciones técnicas a estas problemáticas, pero se requieren nuevos procesos y productos que incrementen las condiciones de la vida humana, su productividad y que promuevan criterios de sostenibilidad en las industrias.
En entrevista, el especialista mencionó que gracias a la bioinformática es posible aplicar técnicas matemáticas y computacionales al análisis de datos que pueden tener aplicaciones biológicas. Detalló que de este modo es posible unificar todos los datos de las diferentes técnicas bioquímicas o genómicas para encontrar una respuesta integral de cómo un organismo puede sobrevivir, así como para conocer sus posibles respuestas.
Destacó que la biotecnología estudia los microorganismos y sus enzimas con el propósito de producir compuestos o productos que nos ayuden a solventar los problemas derivados de los estilos de vida actuales, para solucionar problemas médicos o que ayuden a llevar un día a día más fácil, ya sea a conducir coches menos contaminantes utilizando bioetanol o para producir alimentos más funcionales, como los prebióticos y prebióticos.
"El objetivo de la bioinformática aplicada está dirigido en dos vías: cómo utilizar los microorganismos y todas las técnicas existentes para producir algo que nosotros queremos; y a entender cómo, por ejemplo, cualquier respuesta externa, como la ingesta de antibióticos o la dieta, pueden afectar nuestra flora intestinal", apuntó.
Expresó que "mediante el entendimiento de las afectaciones a la flora intestinal podemos aplicar determinados tratamientos médicos u hospitalarios para solventar problemas derivados de diabetes causada por la obesidad, o inducida por el tratamiento contra la propia diabetes, o estudiar la manera cómo los antibióticos producen problemas en la asimilación de hierro y azúcares, e inhiben la síntesis de ácidos biliares y la producción de vitaminas".
El doctor Ferrer cree que sólo a través de la comprensión global de la flora intestinal se puede actuar para mejorarla. Por ello, resaltó la importancia de conocer los límites de la vida, y no solamente "cómo podemos utilizar los microorganismos para fines que beneficien a los humanos", en conocer cómo y porqué la mayoría de los organismos son capaces de sobrevivir en condiciones que son muy difíciles para la vida.
Por último, el especialista menciono que la mayoría de los estudios emprendidos se encuentra en su etapa inicial y enfocada principalmente a pequeños grupos de pacientes. Durante el curso mencionó que será necesario impulsar el quehacer científico con la colaboración de los sistemas de salud y de los grandes consorcios internacionales para que los resultados tengan mayores alcances.