lunes, 28 de noviembre de 2011

Se agota la pesca en el mar

Los últimos trabajos e intentos por evaluar el estado de las poblaciones de peces disponibles en nuestros mares hablan de que un 80% de las especies de interés comercial se encuentran claramente en situación de sobrepesca. Esto quiere decir que la disponibilidad natural, o también llamada oferta natural, puede llegar a un punto de no retorno, de no tomar medidas inmediatas. Las estimaciones de los científicos llegan incluso a hablar de que en 30 años muchas de estas especies pueden desaparecer si no se aplican medidas de control y mejor manejo desde ahora.
Esto podría pasar inadvertido si no es porque más de 1.300 millones de habitantes costeros del planeta viven y dependen directamente de la actividad pesquera para su subsistencia. En el continente hemos alcanzado máximos niveles de producción agrícola y pecuaria, de extracción forestal y el recurso pesquero se perfila como la única opción para garantizar la alimentación de esta población cada día creciente.
Las razones para haber llegado hasta este punto tan dramático en las pesquerías son varias: el desarrollo de la tecnología de punta aplicada a los barcos para la teledetección de bancos de peces, las técnicas y los aparejos de pesca cada día más sofisticados y eficaces para la extracción, los altos precios comerciales de algunas especies como el atún, el aumento poblacional y la creciente demanda de proteína animal, y los fuertes hábitos de consumo de determinados productos marinos arraigados en algunas poblaciones de consumidores que, como en el Japón, tienen la aleta de tiburón como plato tradicional.
Paradójicamente, el desarrollo de sistemas de arrastre se transformó en una de las principales causas de daño y afectación de los mares y sus recursos. Estudios reconocen el impacto de la pesca industrial en la captura incidental de especies marinas, que son arrojadas al mar por no tener valor comercial (pesca acompañante). Los datos para el camarón de arrastre son alarmantes: por cada kilo de camarón capturado, son arrojados al mar 14 kilos de fauna acompañante.
De no aplicar de inmediato criterios de sostenibilidad ambiental en la extracción y promover la conciencia en el consumidor que mantiene y motiva esta extracción, no se podrá hablar de una pesca sostenible ni de un consumo responsable, y la sobrepesca puede llevar a la desaparición de poblaciones y especies, como se ha visto ya en algunas regiones y mares del planeta.
¿Qué se puede hacer?
El Gobierno, la academia y cada colombiano pueden actuar ahora. Estas son algunas recomendaciones:
Generar la información sobre el estado real de los recursos pesqueros.
Respetar las cuotas de captura y las vedas espaciales y temporales planteadas por la comunidad científica.
Crear y ampliar áreas protegidas marinas y costeras.
Aplicar técnicas de captura menos dañinas y diversificar los recursos capturados.
Adoptar hábitos de consumo que permitan una demanda responsable y acorde con la realidad de las especies y su estatus de amenaza.
A la hora de consumir pescado fíjese en:
El abecé
La talla: la captura de individuos por debajo de su talla (madurez sexual) es una amenaza para su sobrevivencia.
La especie: algunas especies de peces y mariscos están amenazadas de extinción. Para evitar que esto ocurra se deben establecer cuotas de captura razonables, así como zonas y épocas de veda.
Artes de pesca: son los elementos que usan los pescadores para capturar los peces. Su tipo y tamaño pueden afectar fuertemente las pesquerías. La pesca a pequeña escala se llama artesanal y la pesca industrial es a gran escala y tiene mayor impacto sobre los recursos.
Prefiera:
Las especies que no estén amenazadas. Por ejemplo: corvina, sierra y dorado.
Los productos que provengan de la pesca artesanal.
Evite el consumo de:
Algunas especies de mero, raya, pez vela, tiburón (al tiburón pequeño lo llaman toyo), marlín, cambute (caracol) y atún rojo.
Si quiere tener más información, escríbanos a Info@marviva.net.MarViva es una fundación que trabaja en el Pacífico por la conservación de los recursos marinos y costeros.

Agencias/SimaCaribe 29 nov 2011