jueves, 26 de febrero de 2015

Turismo en Antártida ha aumentado las especies invasoras


La planta de ‘Poa annua’
Las expediciones turísticas, científicas y militares y el cambio climático en la Antártida han aumentado la entrada de especies invasoras en el ‘continente blanco’ y puesto en peligro su ecosistema autóctono. Así lo aseguraron algunos investigadores que participaron de la 51 Expedición Antártica Chilena que estudian el impacto de esas especies en la flora y la fauna antártica nativa.
Los investigadores descubrieron que en los últimos años los insectos y las plantas no nativas le han ganado terreno a las especies autóctonas; y que en algunos casos, las han eliminado de su hábitat natural.


El ecólogo británico Peter Convey, del British Antarctic Survey, asegura que en la Antártida hay más de 200 especies no nativas, de las cuales cerca de un tercio son insectos y se concentran principalmente en las islas de los mares que rodean el ‘continente blanco’.
‘La Antártida es un sistema muy frágil. Está aislado y tiene unas condiciones climáticas adversas que permiten que sea más o menos prístino (antiguo), pero este aislamiento se ha ido rompiendo con la llegada del turismo y el cambio climático’, explica el biólogo chileno Marco Molina, del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) de Chile.
La planta Poa annua , por ejemplo, que Molina investiga, tiene la capacidad de desplazar a las plantas y hierbas autóctonas. Incluso, se adapta mejor que otras especies a las transformaciones del cambio climático en la península Antártica, con temperaturas más altas, con mayor cantidad de agua y nutrientes.
Para Molina, el hombre es el único responsable de la llegada de esa planta invasora a la región, pues sus semillas entran incrustadas en los zapatos, en los bolsillos de las chaquetas y abrigos de los visitantes o en las ruedas de las grúas utilizadas para mover carga en las bases militares y científicas. ‘La presencia de esta planta invasora se relaciona muy bien con puntos de visita de turistas. También hay efecto de los operadores logísticos y de los mismos científicos que hay en las bases’, afirma Molina.
Convey agrega que estas especies ‘tienen un impacto muy significativo en los ecosistemas’ antárticos y que, a largo plazo, pueden incluso ‘cambiar completamente el funcionamiento de la cadena alimenticia’ en la zona.
Actualmente, los investigadores analizan cómo erradicar los invasores, pero el Tratado Antártico de 1959, prohíbe acciones militares de ese tipo, a menos que sean con fines pacíficos como los estudios científicos. ‘En estos momentos varios países, como Chile, buscan generar un protocolo con una metodología para erradicar las plantas’, señala Molina.