Mejillón verde (Perna viridis) |
Un grupo de especialistas prospectaron esta semana 16 sitios en la
bahía de Matanzas y la declaró libre del impacto dañino del Mejillón
verde (Perna viridis) al determinar que no existen poblaciones en dicha
rada.
«En Matanzas hemos prospectado 16 sitios y no lo encontramos en los
canales de enfriamiento de las termoeléctricas Antonio Guiteras y José
Martí, lugares de predilección donde se reportan las densidades de esta
especie, parece que por la disponibilidad de alimentos», explica el máster Alexander Lópeztegui Castillo, investigador auxiliar del Centro de Investigaciones Pesqueras.
«Con esa tranquilidad fuimos a otros sitios como muelles, espigones,
cascos de barcos hundidos, revisamos ambas laderas de la bahía, la
desembocadura y puente del río Canímar, la playa Buey Vaca, por lo que
la bahía puede declararse libre de impacto de los mejillones.
«Hasta el momento se han prospectado once bahías y un sitio adicional
que es un puesto pesquero en Casilda, donde tampoco encontramos la
especie», refiere.
El también biólogo afirmó que de todos estos lugares donde único se
ha encontrado el mejillón verde es en las bahías de El Mariel y de
Cienfuegos. En esta última fue donde primero se reportó en 2005 y cuando
se hizo el reporte científico las densidades eran de 20 000 ejemplares
por metro cuadrado, muy alta, sobretodo en las áreas cercanas a la
termoeléctrica.
«En el futuro inmediato pensamos efectuar la prospección de las
bahías de Moa y, aunque la de Guantánamo es complicada, pienso que en
algún momento estemos allí por su importancia», añade el experto.
En Cuba el Centro Nacional de Áreas Protegidas lleva a cabo este
proyecto sobre la prevención, control y manejo de especies exóticas
invasoras, que ya incluyen varias en nuestro país y que han causado
impactos importantes desde el punto de vista ecológico en la
biodiversidad y en la economía.
Lópeztegui Castillo especificó que la especie más llamativa en la
parte marina o acuática es la claria, lo cual alarma a la población,
pues en algunos ecosistemas ha desplazado a algunas especies.
«En el caso del mejillón verdes, al proliferar mucho en los canales
de enfriamiento de las termoeléctricas y algunas otras industrias
localizadas en las márgenes de las bahías, ocasiona pérdidas económicas
porque esos centros tienen que parar periódicamente para realizar la
limpieza.
«Con este proyecto tratamos de tener una idea de la distribución del
mejillón verde en Cuba. Por eso hacemos la prospección nacional para ver
los sitios donde se encuentra presente la especie.
Las prospecciones se dirigen primero a las bahías porque la hipótesis
de la entrada más probable de la especie a Cuba es a través del agua de
lastre de los barcos y de los cascos de las embarcaciones.
«Desafortunadamente, encontramos el mejillón verde en la bahía de
Mariel, donde las densidades no son tan altas, por lo que no es difícil
el control. Después hicimos una evaluación de la abundancia y teniendo
en cuenta la relativamente poca abundancia, comparada con Cienfuegos,
pensamos que es posible mantener el control de la población mediante la
extracción manual, que es el mecanismo que aplicamos, por ser amigable
con el medio ambiente ya que no se aplican sustancias químicas ni
pinturas desincrustantes».
Hasta el momento se han hecho tres acciones de erradicación, teniendo
en cuenta la época de reproducción para eliminar los animales antes que
se reproduzcan, principalmente en los meses de abril y mayo.
«Hemos comprobado que ha disminuido la cantidad de mejillones en la
bahía de Mariel y Cienfuegos, con el detalle de que en Cienfuegos
tenemos la ayuda de la población, porque sus conchas sirven para la
artesanía, aunque no se debe ingerir ya que está contaminada y exceden
las normas para los productos alimentarios.
«En los laboratorios hemos analizado las muestras de Cienfuegos
buscando metales pesados y microbiológicos, valorando la posibilidad de
si se podría consumir, pero finalmente los resultados apuntan a que no
se deben ingerir en Cienfuegos porque hay grandes concentraciones de
arsénico, mercurio e hidrocarburos aromáticos poli cíclicos, que pueden
tener efectos cancerígenos; por lo que puede ser peligroso», insiste.
En la bahía de La Habana se prospectaron hace dos años 14 puntos y no se encontró la especie.
El equipo de trabajo lo integraron especialistas del Acuario
Nacional, del Centro de Investigaciones Pesqueras y del Instituto de
Oceanología, sumado al apoyo del Citma matancero.
Además, intervinieron los biólogos cienfuegueros Miguel Gómez Batista
y Alejandro García Moya; del Acuario Nacional los biólogos Enif Pino
Ríos, Arturo del Pino, y el buzo Osvaldo Hernández Trobo; y Javier
Suárez Armas, del Centro Nacional de Áreas Protegidas.