sábado, 28 de mayo de 2011

Camarones rojos de Costa Rica conquistan a japoneses

La reactivación de la planta de Talmana para atender el segmento japonés especializado de camarón rojo da empleo a 30 personas. Esta cifra subirá a 70 antes de finalizar este año.

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Camarón se envía entero, lo cual exige medidas adicionales de conservación


Camarones de color rojo de Costa Rica, extraídos de profundidades marinas de entre 450 metros y 1.000 metros, captaron el gusto de los consumidores japoneses.
El crustáceo se consume en Japón como delicatessen, por lo cual obtiene muy buenos precios.
Otro punto fundamental para adecuarse a los gustos de los japoneses es que el camarón se envía entero y no solo la carne como se acostumbra en otros mercados.
En Costa Rica, esa actividad logró recuperar la planta de la empresa Talmana, en Puntarenas, que estaba a punto de cierre, y con la nueva administración se reactivó con 30 empleos, que llegarán a 70 antes de fin de año.
Román Chavarría, de la empresa Talmana, explicó que el producto se exporta con la marca Krustacostarica y que el nuevo proyecto representó un fuerte cambio de filosofía.
Pero las inversiones valen la pena, pues la firma obtiene hoy el mismo ingreso con un contenedor de camarones que con tres contenedores anteriormente, detalló Chavarría.
Cuidados. Para cumplir con el gusto de los consumidores japoneses, el camarón rojo debe capturarse y manejarse con mucho cuidado, comentó Chavarría.
Una de las principales características debe ser la sanidad y limpieza (inocuidad) del producto. Esto empieza por el sitio de captura: aguas marinas de entre 450 metros y 1.000 metros, entre 70 a 90 millas mar adentro, lo cual garantiza la limpieza del sitio.
La captura en aguas tan limpias no se puede echar a perder con el manejo posterior.
Para evitar una posible contaminación durante el manejo, se capacita al personal y se utilizan sistemas especiales de frío.
El camarón entero se afecta mucho de inmediato, luego de la captura. Se ponen negros.
Una vez en la planta de empaque, los camarones pasan por un proceso que garantiza mantener su calidad, color y frescura durante el menos 18 meses.
La inocuidad y este manejo es fundamental para que el consumidor de delicatessen en Japón pueda comer el camarón crudo, como es la costumbre allá.
El color rojo es fundamental en las ventas en el mercado japonés. En la cultura de aquel país, ese color significa prosperidad, lo que genera un gran atractivo.
Un informe solicitado a Procomer indica que desde noviembre del 2006, cuando se vendieron $46.000, no se exportaba camarones a Japón. De ahí la importancia de reabrir ese mercado.

Publicado por http://www.nacion.com 28 may 2011
roducto se vende como ‘delicatessen’ y obtiene muy buenos precios