El derrame de petróleo durante dos semanas de la estadounidense Chevron, en alta mar frente a las costas de Río de Janeiro, impactará sobre la flora y la fauna de un área de enorme biodiversidad pero tal vez no alcance las playas, explicaron expertos a Télam.
Las autoridades anunciaron oficialmente este lunes que el escape detectado el 8 de noviembre, en un yacimiento ubicado a 370 kilómetros de la costa, cesó y que la empresa será multada con 30 millones de dólares por crimen ambiental, cuyos alcances están ahora bajo estudio.
“Millares de litros han sido derramados dejando impactos en la calidad del agua y en las condiciones de vida de los animales, plantas, algas y bacterias afectadas", dijo Claudio Szlafsztein, experto argentino en gestión de riesgo y análisis de vulnerabilidad de la Universidad Federal de Pará, en Belem, consultado por Télam.
Añadió que "claramente las especies marinas son impactadas negativamente, sea por contacto directo con el petróleo o por los cambios en los nichos ecológicos, incluyendo los componentes de la cadena trófica”.
Por su parte, Rogério Candella, oceanógrafo del Instituto de Estudios del Mar "Almirante Paulo Moreira", de Río de Janeiro, estimó que “el derrame fue relativamente apartado y por el momento no parece ofrecer peligro para la zona costera”.
En cambio, el secretario de Ambiente de Río, Carlos Minc, mencionó la posibilidad de que los vientos arrastren el petróleo hacia la costa.
Minc advirtió, además, que la fuga coincide con una ruta de ballenas y delfines.
“Estamos realmente preocupados. En esta época del año, esos animales vienen de norte a sur en busca de un lugar para reproducirse”, dijo.
El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) aplicó la multa a Chevron pero no le retirará la licencia para continuar su actividad.
La Agencia Nacional de Petróleo y el estado de Río de Janeiro también le aplicará multas por haber realizado una perforación indebida y demorado, omitiendo información a las autoridades, el freno a la marea negra.
El fin de semana el comisario Fabio Scliar, jefe de la Delegación sobre Crímenes Contra Medio Ambiente de la Policía Federal brasileña, reveló que la empresa estatal brasileña Petrobras, que opera un pozo en una zona cercana, avisó del derrame el 7 de noviembre a Chevron.
El funcionario reveló que la firma estadounidense tuvo que pedir prestado a Petrobras equipo de sonar para determinar la ubicación exacta de la fuga, lo que muestra “que carecía de capacidad para reaccionar frente a una emergencia”.
El área afectada fue detectada por los satélites de la NASA. En base a esas imágenes, el geógrafo John Amos, director del sitio especializado Sky Truth, concluyó la semana pasada que el derrame es de unos 3.738 barriles por día, unas 10 veces mayor a lo que se creía.
Se trata de un número similar al identificado al inicio del desastre en el Golfo de México, que él mismo denunció públicamente en 2010.
Las autoridades anunciaron oficialmente este lunes que el escape detectado el 8 de noviembre, en un yacimiento ubicado a 370 kilómetros de la costa, cesó y que la empresa será multada con 30 millones de dólares por crimen ambiental, cuyos alcances están ahora bajo estudio.
“Millares de litros han sido derramados dejando impactos en la calidad del agua y en las condiciones de vida de los animales, plantas, algas y bacterias afectadas", dijo Claudio Szlafsztein, experto argentino en gestión de riesgo y análisis de vulnerabilidad de la Universidad Federal de Pará, en Belem, consultado por Télam.
Añadió que "claramente las especies marinas son impactadas negativamente, sea por contacto directo con el petróleo o por los cambios en los nichos ecológicos, incluyendo los componentes de la cadena trófica”.
Por su parte, Rogério Candella, oceanógrafo del Instituto de Estudios del Mar "Almirante Paulo Moreira", de Río de Janeiro, estimó que “el derrame fue relativamente apartado y por el momento no parece ofrecer peligro para la zona costera”.
En cambio, el secretario de Ambiente de Río, Carlos Minc, mencionó la posibilidad de que los vientos arrastren el petróleo hacia la costa.
Minc advirtió, además, que la fuga coincide con una ruta de ballenas y delfines.
“Estamos realmente preocupados. En esta época del año, esos animales vienen de norte a sur en busca de un lugar para reproducirse”, dijo.
El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) aplicó la multa a Chevron pero no le retirará la licencia para continuar su actividad.
La Agencia Nacional de Petróleo y el estado de Río de Janeiro también le aplicará multas por haber realizado una perforación indebida y demorado, omitiendo información a las autoridades, el freno a la marea negra.
El fin de semana el comisario Fabio Scliar, jefe de la Delegación sobre Crímenes Contra Medio Ambiente de la Policía Federal brasileña, reveló que la empresa estatal brasileña Petrobras, que opera un pozo en una zona cercana, avisó del derrame el 7 de noviembre a Chevron.
El funcionario reveló que la firma estadounidense tuvo que pedir prestado a Petrobras equipo de sonar para determinar la ubicación exacta de la fuga, lo que muestra “que carecía de capacidad para reaccionar frente a una emergencia”.
El área afectada fue detectada por los satélites de la NASA. En base a esas imágenes, el geógrafo John Amos, director del sitio especializado Sky Truth, concluyó la semana pasada que el derrame es de unos 3.738 barriles por día, unas 10 veces mayor a lo que se creía.
Se trata de un número similar al identificado al inicio del desastre en el Golfo de México, que él mismo denunció públicamente en 2010.
Agencias/SimaCaribe 22 nov 2011