Los últimos estudios revelan que la biomasa de anchoa en el mar Cantábrico experimentó una fuerte recuperación, al pasar 36.500 toneladas en la primavera de 2010 a 138.000 toneladas en mayo de 2011. Con todo, el coordinador del Área de Oceanografía Biológica y Ecología de Recursos Vivos del Centro Tecnológico de Investigación Marina y Alimentaria (AZTI-Tecnalia), Xabier Irigoien, advierte que “un año con muy mal clima puede echar por tierra la gran mejoría” del recurso.
Si bien los científicos del Centro revelaron la semana pasada que la biomasa de este recurso pelágico en el golfo de Vizcaya creció un 278% en un año, el experto destacó que la supervivencia de huevos y larvas está muy influenciada por las condiciones climatológicas.
"Es como una cosecha: hay años de buen tiempo y otros malos, en los que la cosecha es peor”, dijo el científico durante una entrevista con el diario Faro de Vigo.
Al ser consultado por sobre el estado actual del caladero, Irigoien respondió: “Está muy bien. La estimación de este año es la mejor de los últimos 25 años. Es un cálculo provisional, porque faltan los datos de los biólogos franceses, pero no deja de ser, si no la mejor, una de las mejores de los últimos tiempos. La anchoa es una especie de vida corta y es normal que oscile, que suba y baje constantemente”.
El científico explicó que la anchoa tiene una vida corta y los adultos que hay en el mar son sobre todo de un año. Esto, dijo, "provoca que la biomasa dependa totalmente de la supervivencia de los huevos y larvas del año anterior, en lo que influyen las condiciones climatológicas”.
En la actualidad, el nivel de precaución de la anchoa está fijado en 33.000 toneladas y la biomasa supera las 138.000 toneladas.
Al respecto, el científico indicó que "el plan de gestión de la anchoa, con la fórmula matemática, es precautorio".
Y precisó: "Por debajo de 24.000 toneladas de biomasa no se pesca, entre 24.001 y 33.000 se capturarían 7.000 toneladas y por encima de 33.000 el cupo representaría el 30% de la biomasa, hasta un máximo de 33.000 toneladas, que nunca se superaría”.
"Si los reclutamientos son malos sistemáticamente, entonces no hay solución. Pero sí se puede evitar que caiga por debajo de una biomasa que después sea imposible de recuperar”, concluyó.
Por su parte, la consejera de Pesca de País Vasco, Pilar Unzalu, declaró que “las predicciones no sólo se han cumplido sino que se han superado con cierta holgura”.
Para la consejera vasca, es importante que las cuotas de pesca se establezcan en base a “estudios científicos”, con el fin de garantizar la supervivencia de la especie pelágica.
Agencias/SimaCaribe 28 jun 2011