El Mediterráneo, el mar interior más grande del mundo con aproximadamente 2,5 millones de kilómetros cuadrados, alcanza también las tasas más elevadas de contaminación, en especial de hidrocarburos vertidos por las industrias químicas localizadas a lo largo de sus costas.
"Anualmente, el Mediterráneo recibe entre 400.000 y 500.000 toneladas de petróleo y residuos oleosos", ha explicado en una entrevista con Efeverde el director científico de Oceana Europa, Ricardo Aguilar, quien afirma que, aunque "es un mar del que siempre se dice que se muere, aún tiene vigor".
Con motivo hoy de la celebración del Día Mundial de los Océanos y bajo el lema "Los océanos reverdecen nuestro futuro", Aguilar ha mostrado su "admiración" hacia este mar que, a pesar de las amenazas, posee ecosistemas de alto valor ecológico.
De hecho, entre el 6 % y el 12 % de las especies marinas del planeta viven en él, asegura el investigador, miembro de la Comisión Ballenera Internacional y coordinador de campañas de protección medioambiental a bordo de diversos barcos.
Actualmente, este ecosistema no se encuentra en una fase terminal, pero los niveles de hidrocarburos disueltos en sus aguas son de hasta 5 gramos por litro e incluso superiores a 10 gramos por litro en áreas de contaminación crónica aguda.
La contaminación de las aguas repercute directamente en la fauna marina del planeta; así, un estudio realizado a las tortugas capturadas en palangreros en el Mediterráneo central reveló que en el 20 % de las especies muestreadas había restos de contaminación por hidrocarburos y basuras flotantes.
Para Aguilar, las basuras flotantes como botellas y bolsas de plástico forman otro de los puntos negros de la contaminación y aunque en España no es normal encontrar "islas flotantes de basura" en zonas próximas al Estrecho existen zonas de alta de densidad de plásticos.
"El 80 % de las basuras en el mar son de tipo plástico".
No obstante, en diversas áreas del Océano Pacífico se acumulan grandes concentraciones de basuras debido a la acción de las corrientes marinas que transportan los residuos a esa zona, como si de un huracán se tratara, ha explicado el investigador de Oceana.
El cambio climático es un punto "candente" a la hora de hablar del mar: le afecta "muchísimo", asegura Aguilar, lo que ocurre es que hasta ahora ha sido "un enfermo silencioso que no se ha quejado".
Es ahora cuando se empiezan a oír los primeros lamentos, tales como el impacto de la acidificación sobre los organismos marinos, cambios en las corrientes marinas y mortandad masiva de animales.
El impacto de la contaminación en la fauna marina es muy fuerte, ya que hay contaminantes que provocan la disminución de las defensas, perturbaciones sexuales o incluso la formación de especies estériles.
"Lo que ocurre en el mar es que el contaminante se diluye, se dispersa y el impacto sobre sus organismos es a largo plazo, explica el investigador, la fauna muere poco a poco".
A este respecto, las especies situadas en la parte más alta de la cadena alimentaria son las que sufren más, ya que acumulan la contaminación a través de los eslabones de otras especies como es el caso de los tiburones, sobre todos los grandes tiburones como el blanco, tigre o martillo.
Pero no son los únicos -según Aguilar- las especies de las profundidades marinas, son las grandes desconocidas y el impacto de tantos años de contaminación ha pasado desapercibido en ellas, ya que son especies con otro ritmo diferente de vida muy vulnerable.
El investigador confía en que esta jornada "sea una ventana abierta" para concienciar a la opinión pública sobre los problemas del mar, un ecosistema único malogrado por los impactos generados por el hombre.
Agencias/SimaCaribe 15 jun 2011