Situada en las Antillas Menores, al sur del mar Caribe, Curaçao es un país autónomo perteneciente a los Países Bajos que junto con Aruba y Bonaire forma el llamado archipiélago del ABC. Conocida mundialmente por su famoso licor de Curaçao, amargo como la cáscara de naranja con la que se elabora, es sin embargo un país tremendamente dulce.
Sus gentes hospitalarias, sus fondos marinos, sus playas, su clima fantástico y el estallido de colores de sus edificios coloniales lo hacen un destino muy apetecible durante todo el año. Lo cuenta Camille Paz, jefa de ventas de Turismo de Curaçao para Europa.
Aunque vive en Rotterdam, donde está la sede de la Oficina, se escapa siempre que puede al Caribe, para ver a su familia y disfrutar de los sabores de esta tierra alegre.
Curaçao no se conoce muy a fondo en España, aunque este año ha venido como país invitado a Euroal con la campaña ‘Curaçao, de colores’ ¿De verdad es un país de colores?
De verdad, como puede ver en estas fotografías es un país, una isla de colores. Solemos bromear diciendo que cuando alguien te viene a visitar le das el nombre de la calle pero sobre todo le indicas ‘Verás una casa amarilla y verde, luego doblas a la izquierda y verás una casa roja y blanca, es la mía’. Todas las casas tienen un color intenso, los colores de Curaçao son brillantes.
¿Eso significa que los habitantes de Curaçao son alegres, igual que sus casas?
Muy alegres, siempre que hago presentaciones turísticas para agentes de viajes o para clientes visto de colores. Yo no soy de blanco y negro, soy de colores, comoCuraçao. Porque el color es sentir, probar, disfrutar los cinco sentidos que uno tiene. Y trato de hablar sobre eso, es muy importante que la gente sepa qué estamos vendiendo.
Podría contarte que tenemos 64 kilómetros de largo en la isla, pero necesito expresar sus colores, su comida. El color es mucho más que tinta, es nuestra forma de ser.
Hablando de sentidos, ¿cuáles son los sabores de Curaçao?
Recuerda que Curaçao fue durante un tiempo español, portugués, holandés, inglés y al final los holandeses se quedaron y triunfaron, de hecho estamos aún en el Reino de Holanda. Esto es una mezcla, como nuestra comida.
Comemos por ejemplo ‘Stobà’, un fricasé que puede ser de carne de pollo, de res, pero sobre todo de cabra, kabritu stobà, con plátano frito, arroz y una especie depollenta que inventaron los esclavos. Es famoso también el fungi, cocinado con una fruta que se llama okra. No hay que olvidar el pescado del mar Caribe, con un sabor que encanta.
Los dulces, elaborados con coco, con maní, hay muchos sitios en Curaçao donde puedes probar la comida auténtica local, además de la internacional, que está presente por todos esos países que influyen en nuestra cocina.
Tenemos 65 nacionalidades, hablamos cuatro idiomas, el papiamentu -kon tabai, cómo estás- el holandés, idioma oficial, el inglés, el más internacional, y no olvidamos el español.
Entonces para los viajeros españoles, que tenemos fama de no saber idiomas, ¿es fácil entenderse en Curaçao?
Muy fácil. Cuando un viajero español llega a Curaçao le indicamos todo en español.
¿Cómo está el país en cuanto a infraestructura hotelera?
Muy bien. No tenemos un turismo de masas concentrado en un sitio, todo está distribuido a lo largo de los 64 kilómetros que tiene la isla. Hay hoteles desde 3 a 5 estrellas Gran Lujo.
Además no necesitas una guía para conocer la isla. Lo mejor es llegar al aeropuerto de Hato y alquilar un coche, así vas disfrutando y conociendo Curaçao por tu cuenta. Siempre hay alguien que te puede indicar y es muy seguro, al fin y al cabo pertenecemos al Reino de Holanda, así que uno puede conducir tranquilamente por la isla.
Curaçao es famosa también por la hospitalidad…
Sí, somos gentes muy hospitalarias. Si les caes muy, muy bien, incluso pueden invitarte a su casa, y conservar una larga amistad durante años.
Hablábamos antes de los sabores, pero en Curaçao también son importantes los sonidos…
Agencias/SimaCaribe 19 jul 2011