Científicos cubanos monitorean los ecosistemas asociados al desove de las tortugas marinas en la península de Guanahacabibes, Reserva de la Biosfera, pesquisas que persiguen resguardar esos sitios.
Los estudios abarcan evaluaciones sistemáticas de la vegetación y otros elementos del entorno en lugares preferidos por esos reptiles para anidar, comentó a Prensa Latina el Doctor en Ciencias Jorge Ferro, director del Centro de Investigaciones y Servicios Ambientales Ecovida.
Conocida también como El Cabo, a la occidental localidad arriban para hacer sus nidos tres de las siete especies de tortugas marinas que existen en el orbe.
El resultado de las investigaciones, auspiciadas por el Fondo Global para el Medio Ambiente de Naciones Unidas, favorecerá la adopción de medidas con el fin de preservar las criaturas, veneradas por antiguas culturas que las denominaban pescados con escudos.
Si conservamos las dunas y el ecosistema donde ponen los huevos podemos contribuir a la estrategia mundial para salvaguardarlas, insistió Ferro.
Paralelamente especialistas del Parque Nacional Guanahacabibes y de la Universidad de La Habana, lideran un proyecto de protección y estudio de esos animales, actualmente en peligro de extinción.
De mayo a septiembre, durante la temporada de desove, en varias playas de la región se levantan campamentos de voluntarios para esperar la llegada de las viajeras a la costa, obtener todos los datos necesarios sobre ellas y cuidar las nidadas en la arena, añadió.
Entre los grupos de colaboradores destacan niños de cinco escuelas pertenecientes a la demarcación y de otros centros educativos cercanos, quienes asisten fundamentalmente a la etapa final, cuando son devueltos al mar los recién nacidos.
Guanahacabibes devino refugio ideal para esos reptiles por la abundancia de arrecifes coralinos y seibadales que constituyen sus áreas de crecimiento y alimentación más importantes.
Los estudios abarcan evaluaciones sistemáticas de la vegetación y otros elementos del entorno en lugares preferidos por esos reptiles para anidar, comentó a Prensa Latina el Doctor en Ciencias Jorge Ferro, director del Centro de Investigaciones y Servicios Ambientales Ecovida.
Conocida también como El Cabo, a la occidental localidad arriban para hacer sus nidos tres de las siete especies de tortugas marinas que existen en el orbe.
El resultado de las investigaciones, auspiciadas por el Fondo Global para el Medio Ambiente de Naciones Unidas, favorecerá la adopción de medidas con el fin de preservar las criaturas, veneradas por antiguas culturas que las denominaban pescados con escudos.
Si conservamos las dunas y el ecosistema donde ponen los huevos podemos contribuir a la estrategia mundial para salvaguardarlas, insistió Ferro.
Paralelamente especialistas del Parque Nacional Guanahacabibes y de la Universidad de La Habana, lideran un proyecto de protección y estudio de esos animales, actualmente en peligro de extinción.
De mayo a septiembre, durante la temporada de desove, en varias playas de la región se levantan campamentos de voluntarios para esperar la llegada de las viajeras a la costa, obtener todos los datos necesarios sobre ellas y cuidar las nidadas en la arena, añadió.
Entre los grupos de colaboradores destacan niños de cinco escuelas pertenecientes a la demarcación y de otros centros educativos cercanos, quienes asisten fundamentalmente a la etapa final, cuando son devueltos al mar los recién nacidos.
Guanahacabibes devino refugio ideal para esos reptiles por la abundancia de arrecifes coralinos y seibadales que constituyen sus áreas de crecimiento y alimentación más importantes.
Agencias/SimaCaribe 25 nov 2011