Hace más de dos millones de años, cantidades de ballenas se congregaron frente a la costa de Chile y murieron misteriosamente.
Tal vez se desorientaron y quedaron varadas en la playa. O se vieron atrapadas en una masa de agua salada que quedó aislada del mar tras un desprendimiento de tierra o una feroz tormenta. Sea como fuere, terminaron muertas en un mismo sitio, separadas a veces por pocos metros, y sus cadáveres fueron enterrados con el correr del tiempo y las fuerzas geológicas.
Hoy, las ballenas reaparcieron en la cima de una colina desértica a más de un kilómetro del oleaje, donde los investigadores han comenzado a excavar uno de los cementerios de ballenas prehistóricas mejor conservado de que se tenga noticia.
Científicos chilenos e investigadores de la Smithsonian Institution están estudiando cómo fue que estas ballenas del tamaño de un autobús fueron a dar al mismo lugar.
"Esa es la máxima pregunta", declaró Mario Suárez, paleontólogo y director del Museo Paleontológico de la vecina localidad de Caldera. El cementerio de fósiles está a un kilómetro al norte del puerto de Caldera.
Los expertos dicen que ya se han hallado grupos de ballenas prehistóricas en Perú y Egipto, pero que el descubrimiento de Chile es inusual porque aparecieron los fósiles de más de 75 ballenas, incluidos los esqueletos intactos de 20 animales. Las enormes vértebras sobresalen de entre la arena bajo el sol abrasador del Desierto de Atacama.
Los fósiles dan pistas de la vida marina de la época e incluyen lo que bien pudo ser un grupo familiar, formado por dos ballenas adultas y una pequeña entre ellas.
"Creo que murieron más o menos al mismo tiempo", expresó Nicholas Pyenson, curador de fósiles de mamíferos marinos del Museo Nacional de Historia Natural de la Smithsonian y quien dirige la investigación junto con Suárez.
En cuando a la cantidad de ballenas muertas en un mismo sitio, Pyenson dijo: "Hay muchas formas en las que las ballenas pueden haber muerto. Estamos analizando todas las hipótesis".
Los científicos todavía no han publicado sus hallazgos. Los restos aparecieron el año pasado cuando se trabajaba en la ampliación de una ruta. Las obras fueron suspendidas temporalmente.
Pyenson dijo que en el sitio se percibe "un ambiente de lago de agua salada" y que las ballenas habrían muerto hace entre dos y siete millones de años.
La mayoría de los fósiles corresponden a ballenas desdentadas conocidas como rorcuales, que son los antepasados de las ballena azul, las fin y las jorobadas, y miden unos ocho metros (25 pies) de largo, dijo Pyeson.
Los investigadores encontraron asimismo el esqueleto de un viejo cachalote y restos de un delfín hoy extinto que tenía dos colmillos como los de una morsa. Muy pocas ballenas de ese tipo habían sido halladas anteriormente, todas en Perú, dijo el experto.
"Estamos muy entusiasmados con esto", expresó Pyenson en una entrevista telefónica. "Es un animal muy extraño".
Los restos de ballenas fueron encontrados en una parte del Desierto de Atacama donde abundan los fósiles marinos. En esa región aparecieron también otras criaturas inusuales, como perezosos acuáticos y enormes aves marinas con alas de cinco metros (17 pies).
Erich Fitzgerald, paleontólogo especializado en vertebrados del Museo Victoria de Melbourne, Australia, dijo que el hallazgo de las ballenas es muy importante.
"Los fósiles están excepcionalmente bien conservados y muy enteros, una combinación poco frecuente en la paleontología, y seguramente arrojarán luz sobre muchos aspectos de la ecología y la evolución de estas especies extintas", afirmó Fitzgerald en un correo electrónico.
Dijo que a menudo es difícil determinar si varios animales murieron al mismo tiempo y hizo notar que "estos restos fosilizados bien podrían haberse acumulado a lo largo de un período prolongado de tiempo".
Hans Thewissen, experto en ballenas de épocas remotas que no está involucrado en la investigación, coincide en que los animales pueden haber llegado al lugar en distintas épocas. Otra posibilidad, expresó, es que hayan sido encerradas en un lago de agua salada luego de que fenómeno geológico como un terremoto o una tormenta haya cerrado su salida al mar.
"Posteriormenten el lago se seca y las ballenas mueren", dijo Thewissen, profesor de anatomía en la Northeast Ohio Medical University de Estados Unidos. Agregó que la acumulación de tantos esqueletos enteros "es muy inusual".
Pyenson dijo que es demasiado pronto para sacar conclusiones. Mientras tanto, él y otros investigadores tienen hasta diciembre para completar sus estudios en Cerro Ballena. Cumplido ese plazo, los fósiles van a ser trasladados a otro sitio, para que continúen las obras viales en la Ruta 5, que está siendo ensanchada.
Muchos fósiles han sido trasladados en envolturas de yeso al museo de Caldera. Investigadores del Museo Nacional de Historia Natural de Chile también los están analizando.
Pyenson dijo que espera que se pueda construir algún día un nuevo museo en Cerro Ballena para exhibir los esqueletos intactos que hay en el suelo, igual que se exhiben fósiles de dinosaurios en el Monumento Nacional al Dinosaurio de Utah y Colorado, en Estados Unidos.
El gobierno chileno alentó esas esperanzas este mes, cuando la ministra de Bienes Nacionales Catalina Parot anunció que unas 300 hectáreas de la región con fósiles serán declaradas zona protegida para asegurar su preservación. Ese podría ser un primer paso con miras a la creación de un parque nacional.
Dado que pronto habría que retirar los restos de aproximadamente una decena de ballenas para permitir la continuación de las obras, Pyenson y su equipo trabajan a paso acelerado bajo tiendas para documentar los esqueletos intactos. El equipo de la Smithsonian, que usa fondos de la Sociedad Geográfica Nacional de Estados Unidos, emplea avanzados equipos fotográficos y escáners con láser para tomar imágenes digitales 3D.
"Estamos escaneando en 3D muchas de estas ballenas para poder preservar esta información antes de que sea perdida", dijo Pyenson. "Podemos hacer copias exactas en 3D, del tamaño real de las ballenas, para que alguien camine junto a ellas".
Esa información puede ser usada para armar modelos tamaño real de los esqueletos, acotó.
Suárez sabía desde hacía años que había huesos de ballenas en Cerro Ballena porque algunos de ellos aparecieron en lo largo de la carretera. Cuando se comenzaron las obras de ampliación de la vía el año pasado, la empresa constructora le pidió a Suárez que supervisara los trabajos para evitar destruir los fósiles.
"Nos dimos cuenta durante la primera semana que había algo mucho más grande de lo que pensábamos, (porque) aparecieron seis o siete ballenas, prácticamente una ballena por día", comentó el experto chileno. "Después ya comenzaron a aparecer más. Nos dimos cuenta que era un sitio realmente extraordinario".
Cristian Varas González, biólogo marino y administrador del museo de Caldera, dijo que "cuando comenzamos a trabajar con la empresa, y ellos comenzaron a sacar la tierra superior de manera lenta, controlada y bajo supervisión nuestra, comenzaron a salir ballenas completas, pues, y prácticamente cada vez que avanzamos más, iban saliendo más".
"Y no estaban muy distantes unas de otras. Todas estaban cercas. Entonces realmente la sorpresa nuestra fue la cantidad", añadió.
Suárez sospecha que puede haber muchos más fósiles en el lugar, tal vez cientos más, porque por ahora se ha excavado una superficie relativamente pequeña de 240 metros a lo largo de la carretera.
"Tenemos una oportunidad única de desarrollar un gran proyecto científico y hacer un gran aporte a la ciencia", dijo el chileno.
Acotó que hay tantos fósiles que "quizás me quede trabajando por el resto de mi vida" en ese sitio.
Tal vez se desorientaron y quedaron varadas en la playa. O se vieron atrapadas en una masa de agua salada que quedó aislada del mar tras un desprendimiento de tierra o una feroz tormenta. Sea como fuere, terminaron muertas en un mismo sitio, separadas a veces por pocos metros, y sus cadáveres fueron enterrados con el correr del tiempo y las fuerzas geológicas.
Hoy, las ballenas reaparcieron en la cima de una colina desértica a más de un kilómetro del oleaje, donde los investigadores han comenzado a excavar uno de los cementerios de ballenas prehistóricas mejor conservado de que se tenga noticia.
Científicos chilenos e investigadores de la Smithsonian Institution están estudiando cómo fue que estas ballenas del tamaño de un autobús fueron a dar al mismo lugar.
"Esa es la máxima pregunta", declaró Mario Suárez, paleontólogo y director del Museo Paleontológico de la vecina localidad de Caldera. El cementerio de fósiles está a un kilómetro al norte del puerto de Caldera.
Los expertos dicen que ya se han hallado grupos de ballenas prehistóricas en Perú y Egipto, pero que el descubrimiento de Chile es inusual porque aparecieron los fósiles de más de 75 ballenas, incluidos los esqueletos intactos de 20 animales. Las enormes vértebras sobresalen de entre la arena bajo el sol abrasador del Desierto de Atacama.
Los fósiles dan pistas de la vida marina de la época e incluyen lo que bien pudo ser un grupo familiar, formado por dos ballenas adultas y una pequeña entre ellas.
"Creo que murieron más o menos al mismo tiempo", expresó Nicholas Pyenson, curador de fósiles de mamíferos marinos del Museo Nacional de Historia Natural de la Smithsonian y quien dirige la investigación junto con Suárez.
En cuando a la cantidad de ballenas muertas en un mismo sitio, Pyenson dijo: "Hay muchas formas en las que las ballenas pueden haber muerto. Estamos analizando todas las hipótesis".
Los científicos todavía no han publicado sus hallazgos. Los restos aparecieron el año pasado cuando se trabajaba en la ampliación de una ruta. Las obras fueron suspendidas temporalmente.
Pyenson dijo que en el sitio se percibe "un ambiente de lago de agua salada" y que las ballenas habrían muerto hace entre dos y siete millones de años.
La mayoría de los fósiles corresponden a ballenas desdentadas conocidas como rorcuales, que son los antepasados de las ballena azul, las fin y las jorobadas, y miden unos ocho metros (25 pies) de largo, dijo Pyeson.
Los investigadores encontraron asimismo el esqueleto de un viejo cachalote y restos de un delfín hoy extinto que tenía dos colmillos como los de una morsa. Muy pocas ballenas de ese tipo habían sido halladas anteriormente, todas en Perú, dijo el experto.
"Estamos muy entusiasmados con esto", expresó Pyenson en una entrevista telefónica. "Es un animal muy extraño".
Los restos de ballenas fueron encontrados en una parte del Desierto de Atacama donde abundan los fósiles marinos. En esa región aparecieron también otras criaturas inusuales, como perezosos acuáticos y enormes aves marinas con alas de cinco metros (17 pies).
Erich Fitzgerald, paleontólogo especializado en vertebrados del Museo Victoria de Melbourne, Australia, dijo que el hallazgo de las ballenas es muy importante.
"Los fósiles están excepcionalmente bien conservados y muy enteros, una combinación poco frecuente en la paleontología, y seguramente arrojarán luz sobre muchos aspectos de la ecología y la evolución de estas especies extintas", afirmó Fitzgerald en un correo electrónico.
Dijo que a menudo es difícil determinar si varios animales murieron al mismo tiempo y hizo notar que "estos restos fosilizados bien podrían haberse acumulado a lo largo de un período prolongado de tiempo".
Hans Thewissen, experto en ballenas de épocas remotas que no está involucrado en la investigación, coincide en que los animales pueden haber llegado al lugar en distintas épocas. Otra posibilidad, expresó, es que hayan sido encerradas en un lago de agua salada luego de que fenómeno geológico como un terremoto o una tormenta haya cerrado su salida al mar.
"Posteriormenten el lago se seca y las ballenas mueren", dijo Thewissen, profesor de anatomía en la Northeast Ohio Medical University de Estados Unidos. Agregó que la acumulación de tantos esqueletos enteros "es muy inusual".
Pyenson dijo que es demasiado pronto para sacar conclusiones. Mientras tanto, él y otros investigadores tienen hasta diciembre para completar sus estudios en Cerro Ballena. Cumplido ese plazo, los fósiles van a ser trasladados a otro sitio, para que continúen las obras viales en la Ruta 5, que está siendo ensanchada.
Muchos fósiles han sido trasladados en envolturas de yeso al museo de Caldera. Investigadores del Museo Nacional de Historia Natural de Chile también los están analizando.
Pyenson dijo que espera que se pueda construir algún día un nuevo museo en Cerro Ballena para exhibir los esqueletos intactos que hay en el suelo, igual que se exhiben fósiles de dinosaurios en el Monumento Nacional al Dinosaurio de Utah y Colorado, en Estados Unidos.
El gobierno chileno alentó esas esperanzas este mes, cuando la ministra de Bienes Nacionales Catalina Parot anunció que unas 300 hectáreas de la región con fósiles serán declaradas zona protegida para asegurar su preservación. Ese podría ser un primer paso con miras a la creación de un parque nacional.
Dado que pronto habría que retirar los restos de aproximadamente una decena de ballenas para permitir la continuación de las obras, Pyenson y su equipo trabajan a paso acelerado bajo tiendas para documentar los esqueletos intactos. El equipo de la Smithsonian, que usa fondos de la Sociedad Geográfica Nacional de Estados Unidos, emplea avanzados equipos fotográficos y escáners con láser para tomar imágenes digitales 3D.
"Estamos escaneando en 3D muchas de estas ballenas para poder preservar esta información antes de que sea perdida", dijo Pyenson. "Podemos hacer copias exactas en 3D, del tamaño real de las ballenas, para que alguien camine junto a ellas".
Esa información puede ser usada para armar modelos tamaño real de los esqueletos, acotó.
Suárez sabía desde hacía años que había huesos de ballenas en Cerro Ballena porque algunos de ellos aparecieron en lo largo de la carretera. Cuando se comenzaron las obras de ampliación de la vía el año pasado, la empresa constructora le pidió a Suárez que supervisara los trabajos para evitar destruir los fósiles.
"Nos dimos cuenta durante la primera semana que había algo mucho más grande de lo que pensábamos, (porque) aparecieron seis o siete ballenas, prácticamente una ballena por día", comentó el experto chileno. "Después ya comenzaron a aparecer más. Nos dimos cuenta que era un sitio realmente extraordinario".
Cristian Varas González, biólogo marino y administrador del museo de Caldera, dijo que "cuando comenzamos a trabajar con la empresa, y ellos comenzaron a sacar la tierra superior de manera lenta, controlada y bajo supervisión nuestra, comenzaron a salir ballenas completas, pues, y prácticamente cada vez que avanzamos más, iban saliendo más".
"Y no estaban muy distantes unas de otras. Todas estaban cercas. Entonces realmente la sorpresa nuestra fue la cantidad", añadió.
Suárez sospecha que puede haber muchos más fósiles en el lugar, tal vez cientos más, porque por ahora se ha excavado una superficie relativamente pequeña de 240 metros a lo largo de la carretera.
"Tenemos una oportunidad única de desarrollar un gran proyecto científico y hacer un gran aporte a la ciencia", dijo el chileno.
Acotó que hay tantos fósiles que "quizás me quede trabajando por el resto de mi vida" en ese sitio.
Agencias/SimaCaribe 25 nov 2011