La Universidad de Maimónides y la Fundación Azara dieron a conocer un informe realizado a lo largo de dos años por Juan Carlos Chebez y un equipo de investigadores (Bárbara Gasparri, Matías Hansen Cier, Norberto A. Nigro y Lucas Rodríguez) que analiza el cuadro de situación de las especies en peligro de nuestra fauna.
Para determinar el estado de conservación se tuvieron en cuenta siete especies de anfibios,.................
................................ veintiocho de reptiles, noventa y ocho de aves y cincuenta y nueve de mamíferos seleccionados según las categorías de mayor amenaza a nivel internacional y nacional. Se analizaron los problemas de conservación que los afectan y su distribución por provincia y ecorregión.
Los datos volcados en el informe determinan que la transformación del hábitat es la problemática más seria para la mayoría de las especies, con excepción de los mamíferos para los que la caza sigue siendo un factor preponderante. Entre las provincias con mayor cantidad de especies amenazadas se destacan Misiones, Buenos Aires y Salta, mientras que la ecorregión con mayor número de tetrápodos en peligro es la selva paranaense. Además, se observa un reposicionamiento de provincias con litoral marino, y les siguen el Mar Argentino, las islas del Atlántico Sur y la Antártida argentina debido a la incorporación de numerosas aves marinas.
Tanto para los anfibios como para los reptiles la modificación del hábitat constituye la mayor amenaza seguida, en el caso de los primeros, por la introducción de especies exóticas (particularmente peces) y las actividades turísticas no planificadas, la contaminación y el hongo quítrido, cuya aparición explosiva a nivel mundial ya fue detectada en cuatro especies de la Argentina, dos de ellas amenazadas.
En los reptiles, después de la transformación del hábitat, aparece la caza, principalmente por el cuero, para venderlos como mascotas, seguida del atropellamiento en rutas comprobado para cinco especies, la cosecha de huevos, que en el caso de las tortugas marinas no acontece en el país ya que se reproducen en playas tropicales. En este mismo grupo se hace presente el problema de las capturas incidentales en redes de pesca.
Para la aves, figuran como las más importantes entre las amenazas antrópicas directas la modificación o transformación del hábitat, que afecta a casi 70 especies, seguida de la pesca comercial, el tráfico comercial, la introducción de fauna exótica y diversas modalidades de caza, que afectan a entre 20 y 30 especies. La contaminación afectaría a unas 15 especies y las demás amenazas a 10 o menos. Finalmente, como amenazas antrópicas indirectas se cuentan el escaso conocimiento de su biología y estatus, un factor clave para más de 10 especies, seguido de una baja representación en áreas protegidas a causa de diseños deficientes o a la escasa superficie protegida que no alberga a poblaciones viables.
Amenazas para los mamíferos
En el primer puesto de las amenazas para los mamíferos se destaca la caza dado que la mayoría de las especies de gran tamaño, y que constituyeron desde los lejanos tiempos de la conquista recursos proteicos, peleteros o de grasa y aceite, fueron víctimas puntuales de capturas y hasta de pequeñas industrias como la ballenera y la lobera.
La caza ha sido para muchas especies un factor gravitante, aunque tal vez haya padecido una subvaloración la amenaza que representa la modificación o transformación del hábitat y que, curiosamente, es el primer factor para los otros grupos. Recién en los últimos tiempos, la transformación del hábitat equiparó en cuanto a la gravedad a la caza. Cuando ambos se potencian, surge la mayor cantidad de mamíferos claramente amenazados. Todos los otros factores son más puntuales y afectan en forma aislada a una u otra especie.
Agencias/SimaCaribe 30 mar 2012