«Los 'gliders' son vehículos submarinos autónomos y de bajísimo consumo. Trabajan dentro del agua, alcanzan la superficie, se conectan con satélites, descargan la información», que llega inmediatamente al laboratorio, universidad o base científica correspondiente, «y al tiempo recibe órdenes para la siguiente misión», explica Bobio. «Y así pueden estar meses. Lo que significa que esos aparatos facilitan el trabajo de los científicos y, al tiempo, abren nuevas posibilidades de investigación y observación para cuidar de la calidad de las aguas o de sus recursos».
Y es que además de los muestreos que realiza y de recoger todo tipo de datos, los 'gliders' disponen, por ejemplo, de una especie de nariz electrónica «que es capaz de detectar contaminación en el agua, restos pretrolíferos, las descargas de las sentinas de los buques o fugas en tuberías», señala Bobio. Se trata de una muestra de las muchas aplicaciones de esos aparatos, como también lo sería el control de parques submarinos, para lo que están capacitados y colaborando en proyectos como el 'Argo marine'. O para vigilar y controlar las extracciones petroleras. O detectar y 'escuchar' a los mamíferos marinos...
Estos 'gliders', además, tienen una clara vertiente de uso militar. Silenciosos, pequeños y autónomos, son los 'espías' ideales para proteger instalaciones portuarias y a los buques allí atracados de posibles ataques terroristas, para detectar minas, submarinos, e incluso viejo explosivos de la II guerra Mundial. También se utilizan los 'gliders' para hallar zonas marinas donde no haya y no se moleste a la fauna con el fin de realizar ejercicios militares.
Agencias/SimaCaribe 09 jun 2011