Las ballenas grises sobrevivieron a muchos ciclos de enfriamiento y calentamiento global a lo largo de los últimos millones de años gracias probablemente a una dieta más variada que la que consumen en la actualidad, según un nuevo estudio publicado en la revista «PLoS ONE» y realizado por las Universidad de California, Berkeley, y paleontólogos de la Smithsonian Institution.
Los investigadores, que estudiaron las respuestas de la ballena gris de California (Eschrichtius robustus) al cambio climático en los últimos 120.000 años, también encontraron pruebas que respaldan la idea de que la población de ballenas grises de la costa del Pacífico antes de la llegada de los humanos era de dos a cuatro veces la población actual, unas22.000.
Según Lindberg, se pensaba en el pasado que las ballenas grises se alimentaban solo mediante la succión de sedimentos del fondo marino, filtrando gusanos y los anfípodos - los llamados organismos bentónicos. Pero algunas ballenas hoy en día están comiendo además arenques y krill, al igual que sus parientes entre las que encontramos a la ballena azul y la ballena jorobada.
La nueva evaluación es una buena noticia para las ballenas grises, que parecen poseer «mucha más plasticidad evolutiva de lo que se pensaba», dijo Lindberg. Esto podría ayudarlas a sobrevivir al cambio climático previsto para dentro de los próximos siglos, caracterizado por el aumento del nivel del mar. «Sospecho que las ballenas grises serán unos de los ganadores del gran cambio climático que se avecina», comentó Pyenson, paleontólogo de la Smithsonian Institution.
Agencias/SimaCaribe 10 jul 2011