Cambios de temperatura y en los patrones del viento dismiuirán las aguas ricas en nutrientes para los peces, advierten investigadores de la UNAM
El cambio climático influye en lapesca a través de la modificación de las características del hábitat, afectando a los organismos en la medida en que sus condiciones físicas, químicas y biológicas -que influyen en su productividad desarrollo, nutrición, reproducción y distribución- se ven alteradas", explica una investigación publicada en la revista científica Atmósfera, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.
El estudio, realizado con la colaboración del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIB), pronostica la vulnerabilidad de la actividad pesquera en México para los años 2030 y 2050, al tomar en consideración su susceptibilidad ante ciertas variables climáticas.
Amparo Martínez Arroyo y Jorge Zavala Hidalgo, directora e investigador del CCA, respectivamente, y Silvia Manzanilla Naim, del CIB, señalan en el artículo Vulnerability to climate change of marine and coastal fisheries in México, que el número de surgencias costeras (fenómenos conocidos por el ascenso a la superficie de aguas ricas en nutrimentos y que son, por ende, zonas de alta producción pesquera) irá disminuyendo en algunas zonas debido a cambios en la temperatura y en los patrones de viento.
Si bien el estudio pronostica la disminución de surgencias costeras, también advierte que en algunas regiones el viento podría generar la aparición de estos fenómenos, pero ello implicaría un desplazamiento geográfico de las pesquerías asociadas a este ambiente.
En tanto, la pesca efectuada en las zonas de arrecife de coral, como la región de Baja California, las costas de Campeche y Veracruz, y la Península de Yucatán, será la más amenazada por el incremento de la temperatura, ya que la población de peces de los arrecifes se verá afectada por cambios en la salinidad y el incremento del nivel del mar, concluye el reporte.
La investigación analizó los siete ambientes marinos más importantes en los que se efectúa la pesca con fines comerciales, como los arrecifes de coral, los pastos marinos, las surgencias (o afloramientos) y las lagunas, entre otros.
"Para la selección de los ambientes costeros y marinos consideramos el hecho de que 97% de la actividad pesquera en México se lleva a cabo en estos ambientes, y que más de 60 tipos de pesca registrados en las estadísticas nacionales están asociados a uno o más de estos hábitats", se explica en el estudio.
Los científicos formaron primero un diagnóstico preliminar sobre el estado actual de los ecosistemas de interés, analizando algunas variables ambientales y otras de tipo socioeconómico.
Basados en la información obtenida, en la segunda etapa analizaron el clima y sus variaciones, utilizando modelos de simulación climática de uso común en la comunidad internacional de especialistas en el estudio del clima.
Posteriormente, los investigadores elaboraron y añadieron escenarios regionales de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), a fin de generar una representación posible del clima futuro para los años 2030 y 2050.
"Normalmente, los estudios de cambio climático utilizan distintos modelos de clima y un conjunto de escenarios de emisiones para reflejar el rango de incertidumbre causado por las diferentes suposiciones que se adoptan en cuanto al cambio en las emisiones de GEI y población, entre otros", explica la Guía para la generación de escenarios de cambio climático regional, elaborada por el propio Centro de Ciencias de la Atmósfera.
Los autores de estudio señalan la posibilidad de frenar los impactos del cambio climático mediante el impulso de estrategias de adaptación y mitigación promovidas por la propia industria pesquera: "Esto incluye una planeación estratégica en los métodos de pesca, diversificación de las especies, alternancia de las zonas de pesca, identificación de especies con ventajas ecológicas y económicas para la acuicultura, además de la modificación de los hábitos de consumo del público".
Agencias/SimaCaribe 6 jul 2011