La Dirección General de Protección de la Naturaleza comunicó a los promotores que antes de ejecutar cualquier actuación en el litoral de Los Cancajos deben aportar análisis sobre las posibles afecciones a la "Gelidium arbuscila" y a la "canariensis", especies vegetales vulnerables y protegidas que existen en la costa.
Los promotores del puerto deportivo de Los Cancajos, en Breña Baja, están viendo frenado el desarrollo del proyecto por la existencia en la zona de actuación de algas rojas, en concreto "Gelidium arbuscula" y "Gelidium canariensis", incluidas en el catálogo de especies amenazadas de Canarias, lo que está originando reparos de la Dirección General de Protección de la Naturaleza con informes del Servicio de Biodiversidad.
Pese al esfuerzo de los inversores palmeros por tratar de demostrar que las obras no afectarán a estas plantas marinas, desde el Gobierno de Canarias, según el informe remitido al Club de Mar La Palma SL al que EL DÍA tuvo acceso, se entiende que "no se ha aportado análisis técnico alguno sobre las posibles afecciones a estas especies, catalogadas como vulnerables, cuya presencia queda constatada". En consecuencia, dice, "tampoco se establecen medidas correctoras concretas".
Respecto a la existencia de cuevas sumergidas o semisumergidas, también con un nivel de protección importante, el estudio del entorno costero de Los Cancajos cartografía tres cavidades, aunque, en este caso, se encuentran fuera del ámbito de actuación del puerto deportivo, lo que evita otro de los escollos que en principio se habían planteado como posibles obstáculos naturales para el desarrollo de esta infraestructura.
Ecosistemas marinos.- En el informe enviado este mes de julio a los promotores, que pese a las dificultades que están encontrando siguen dispuestos a gastarse su dinero para ejecutar una infraestructura de calidad, se advierte además de que "se desconoce" la afección que tendrán los materiales líticos (de piedra) que se utilizarán en la construcción del puerto, sobre "la calidad del agua marina y los ecosistemas marinos", ya que en los estudios remitidos por los empresarios "se hace un estudio de impacto solo en base a la utilización de pedraplén", cuando está prevista también la utilización de otros rellenos, por lo que se entiende que "no hay garantías de que las medidas correctoras y preventivas que se han planteado para minimizar las afecciones planteadas, sirvan para cumplir su objetivo".
Desde la Dirección General de Protección de la Naturaleza también se ponen reparos "por la falta de concreción" en el estudio de impacto ambiental del proyecto del puerto deportivo, acerca de la cantera autorizada de donde se extraerá el material necesario para la ejecución de la infraestructura náutica. Del mismo modo, los promotores deben presentar un análisis detallado sobre la emisión de polvo a la atmósfera y de los ruidos y vibraciones producidos durante la ejecución de la obra.
Tráfico de camiones.- Los técnicos regionales entienden que se debe tener en cuenta que en la construcción del puerto en Los Cancajos, principal zona turística de la Isla, se prevé "un aumento considerable" en el tráfico de vehículos pesados por la zona urbana y en las vías que dan acceso a la misma. Destacan que, "aún haciendo una estimación favorable al promotor" y teniendo solo en cuenta el transporte del volumen de material del movimiento de tierra y hormigones, que asciende a un total de 87.000 metros cúbicos, "habrá un tránsito de un camión cada dos minutos, en una jornada laboral de ocho horas y considerando un período para la ejecución de esta fase de obra de 18 meses".
El puerto deportivo tiene un coste de unos 25 millones de euros, con el empleo que tal inversión conlleva; se construirá en el entorno de la antigua depuradora municipal y tendrá una capacidad para 385 embarcaciones de entre 6 y 35 metros de eslora. El proyecto de esta obra establece espacios para vaguada, reparación de barcos y área de servicios, en la que se prevé la construcción de un club social con instalaciones deportivas, tiendas, bares y un restaurante, además de una zona destinada a la escuela insular de vela y para la práctica del submarinismo. Pese a la grave crisis, los inversores se han mantenido siempre firmes en su idea de hacer realidad esta infraestructura, aunque ahora habrá que ver qué pasa con las algas rojas.
Agencias/SimaCaribe 25 jul 2011