El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) envió una misión a la provincia de Río Negro para analizar el Programa de Monitoreo de Calidad Ambiental de Zonas de Producción de Moluscos Bivalvos. El plan está a cargo del Instituto de Biología Marina en San Antonio y apunta a mejorar los procedimientos de extracción tras haberse superado un caso de marea roja que obligó a mantener la veda de extracción y consumo durante gran parte del verano.
La delegación realizó una auditoría para el mantenimiento del sector calificado como AR RN 001 (San Antonio y Sierra Grande), y particularmente revisando documentos y registros.
Luego del control de gestión, la referente del equipo de investigación, Marina Kroeck, indicó que los profesionales del Senasa "se mostraron conformes con el ordenamiento".
La investigadora explicó que a fines de este mes, el organismo de sanidad presentará un informe final de la auditoria realizada posibilitando la restitución de la zona de clasificación como de categoría "A", lo cual "implica que Río Negro tendrá una zona de producción de moluscos con la máxima calidad de sus aguas".
Por su parte, el secretario de Producción, Daniel Lavayén, consideró que "obtener esta calificación permitirá a la flota de pescadores artesanales locales, sacar sus productos directamente a góndolas".
El Senasa ya anunció que en agosto próximo organizará una reunión en la que se evaluará la situación de las provincias patagónicas, respecto de la clasificación de sus aguas para la comercialización de moluscos.
En abril pasado, un grupo de expertos encabezados por el director del Centro Regional Buenos Aires Sur, había desplegado una misión similar por Bahía San Blas y Los Pocitos, donde evaluaron procedimientos aplicados por la Dirección de Pesca bonaerense como el control de capturas, procesamiento y comercialización de ostras. También se mantuvieron reuniones con operadores de la zona, quienes expusieron ante la delegación del Senasa la particular problemática que afecta a la comercialización de esta especie.
Todos los bancos –bonaerenses y rionegrinos– fueron afectados por el fenómeno natural ya que se habían detectado en las muestras toxinas paralizantes con un poder 100 veces superior a la estricnina, y que pueden causar daños irreversibles.
Agencias/SimaCaribe 7 jul 2011