El pez león, animal que ha vuelto a azotar las costas de Colombia en las últimas semanas, habita en las aguas del Océano Índico y del Pacífico, se puede encontrar mayormente en Corea del Sur, Malasia, Australia y Nueva Zelanda. Puede llegar a medir 40 centímetros, aunque 20 es su promedio, y no supera el kilo y medio de peso.
Se trata de un pescado que además de venenoso es un voraz depredador. Al no tener depredadores naturales en la zona, se convierte en una amenaza para las especies nativas: se come los peces del arrecife, así como las larvas y peces pequeños que son claves para el ecosistema una vez crecen. Mucho de los pescados con los que se alimenta son también comida para el bagre, especie que en buena parte sostiene la pesca de la costa caribe colombiana.
Es inofensivo en apariencia y llamativo: se mueve lento, tienen múltiples colores y espinas que simulan la melena de un león. Es venenoso, y aunque su picadura no es mortal, produce un dolor intenso, dificultad para respirar, inflamación, náuseas e incluso convulsiones y hemorragias.
No se sabe cómo llegó desde Asia y Oceanía hasta el Mar Caribe, aunque El Instituto de Investigaciones Marinas (Invemar) y el Instituto Humboldt descartan que haya sido desde el Océano Índico, por la gran distancia y porque no soporta el agua a bajas temperaturas. En 1992 varios ejemplares de Pez León se escaparon de un acuario en la Florida tras el paso del huracán Andrew, lo que provocó que el animal atacara los ecosistemas en Puerto Rico, República Dominicana, Jamaica, Islas Vírgenes, México y Cuba. Así, lo más probable es que los que están hoy en Colombia hayan llegado desde las Antillas.
En el país se han visto ejemplares en playas cercanas a Santa Marta, Taganga y el Parque Tayrona, y más recientemente en el departamento de Bolívar. La aparición de algunos de estos peces en el municipio de Lomita Arena, en ese departamento, y el supuesto ataque a un bañista en Cartagena, han encendido las alarmas. Lo que antes eran avistamientos esporádicos se han convertido en inmersiones por parte de buzos profesionales que pueden concluir hasta con 50 ejemplares capturados.
El biólogo marino Gabriel Luna, asesor de la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique), asegura que el Pez León es "bastante voraz" y cuando empieza a reproducirse puede afectar a otras especies. Agregó que quien sea lastimado por uno deberá aplicar agua lo más caliente que pueda sobre la herida, porque el veneno del pez pierde su efecto con el calor
Luna explicó también que una de las ideas de las autoridades locales para controlar el crecimiento del pez es pedirle al Incoder que prohíba la pesca del mero, un gran depredador muy cazado, de los pocos que podrían detener el avance del pez león.
Agencias/SimaCaribe 4 ago 2011