Los servicios invisibles que brindan los bosques – tales como la recarga del manto freático y la prevención de la erosión de los suelos – deberían ser aprovechados activamente como un medio para adaptarse a los efectos del cambio climático, pero enfrentan el riesgo de ser pasados por alto en vista de la ausencia de servicios del ecosistema en los documentos de preparación para Río+20.............
.............“La adaptación al cambio climático es fundamental para el tema central de Río sobre desarrollo sostenible. Una de las preguntas críticas para el desarrollo sostenible es: ¿cómo podemos sostener el desarrollo en un clima cambiante bajo amenazas climáticas en aumento?” dijo Bruno Locatelli, científico de CIRAD, adscrito al Programa de Bosques y Medio Ambiente de CIFOR y coautor de Ecosystem Services in the National Adaptation Programmes of Action (Servicios del Ecosistema en los Programas Nacionales de Acción para la Adaptación) publicado en Climate Policy.
“Sin embargo, existe el riesgo de que la adaptación pueda no surgir como un tema crítico de cobertura general en Río 20+, ya que realmente no se menciona en el borrador cero”.
Los ecologistas y los conservacionistas han estudiado y defendido la protección de los ‘servicios del ecosistema’ – los beneficios que los ecosistemas brindan a las personas – durante décadas.
“Pero el concepto de usar los servicios del ecosistema para ayudarnos en la adaptación al cambio climático es un enfoque relativamente nuevo” dijo Emilia Pramova, científica de CIFOR y coautora del estudio.
El agua, los desastres y los alimentos han sido destacados como tres de los siete temas críticos para las metas de desarrollo sostenible que se darán a conocer en Río+20, los mismos que están intrínsecamente ligados con los servicios del ecosistema. Los servicios del ecosistema también son esenciales para el tema principal de Río+20: la economía verde para el desarrollo sostenible, dijeron Pramova y Locatelli. Ellos comparten la preocupación del Científico Principal de CIFOR Louis Verchot en el sentido de que los bosques están subrepresentados en los resúmenes publicados de Río+20.
“Los servicios de los bosques son fundamentales para el bienestar humano, y no podemos tener desarrollo sostenible sin una entrega sostenible de servicios a partir de los ecosistemas. Por ello, no podemos pensar en los temas que se debatirán en Río+20 como la economía verde o la seguridad alimentaria, sin considerar los servicios del ecosistema” explicó Locatelli.
“Sin embargo, es alentador ver que varios organismos internacionales y países han hecho propuestas sobre adaptación y vulnerabilidad, reducción de la pobreza, capacidad de recuperación y servicios del ecosistema. El reto será reunir todo bajo un marco integrado para el desarrollo.”
El estudio examinó los Programas Nacionales de Acción parala Adaptación(NAPA por sus siglas en inglés) de los 44 países menos desarrollados del mundo – que también son, no por casualidad, los más vulnerables a los impactos del cambio climático, como la desertificación, las sequías, la elevación del nivel del mar y las malas cosechas.
Los NAPA se establecieron en la Séptima Sesión de la Conferencia de las Partes (COP 7) de la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático (CMNUCC) en Marrakech en 2002, como un medio para que los países menos desarrollados del mundo identifiquen las áreas más urgentes en las que cada uno necesita adaptarse al cambio climático, tales como la escasez de agua en países áridos, o el aumento del nivel del mar en países en pequeñas islas. En agosto 2014, 44 de estos países habían presentado sus NAPA ala Secretaríadela CMNUCC– siendo el primer ejercicio de planificación nacional de adaptación para dichos países.
El análisis de Locatelli y Pramova encontró que si bien más de la mitad de estos planes nacionales reconoce la importancia de los servicios del ecosistema, pocos lo hacen con la visión de que los servicios del ecosistema deben usarse explícitamente como un medio para adaptarse al cambio climático. Más aún, hay una carencia generalizada de disponibilidad de conocimiento, recursos y financiamiento para proteger adecuadamente a estos servicios.
Más que simples rodales de árboles, los bosques ayudan a enfriar el clima, previenen la desertificación, recargan el manto freático, controlan la erosión del suelo, purifican el agua y brindan a la población local alimentos, medicinas, combustible, albergue, ingresos y beneficios por el turismo.
Los encargados de formular políticas deberían buscar activamente la incorporación de estos servicios en sus planes para la adaptación al cambio climático, dijo Pramova, como la reforestación de los bosques de manglares para protegerlos contra la intrusión de agua salada a partir del aumento del nivel del mar en Bangladesh, o aprovechando la capacidad natural de los bosques como protección contra desastres naturales, tales como tormentas, inundaciones y huracanes en los países del Caribe.
Pramova explicó que la clave radica en aprovechar los servicios del ecosistema explícitamente para el bienestar de las poblaciones locales y reducir la vulnerabilidad social. Ella y sus coautores usan la definición dela Convenciónsobre Diversidad Biológica de la adaptación basada en el ecosistema, la misma que describe a la adaptación basada en el ecosistema “como parte de una estrategia general de adaptación para ayudar a las personas a adaptarse a los efectos adversos del cambio climático”.
Más aun, enfocándose en los beneficios para la vida y los medios de subsistencia de las personas, trabajando con los servicios del ecosistema para la adaptación, se logra reunir a varios sectores en el desarrollo y la conservación, para el logro de las mismas metas.
“Quisiéramos pensar más bien en cómo elaborar los principios y pautas para la adaptación basada en el ecosistema en formas que no espanten a la comunidad que trabaja temas de desarrollo,” dijo Pramova.
“La adaptación basada en el ecosistema se enfoca en las personas, pero también reconoce que necesitamos minimizar la degradación de los ecosistemas para que puedan continuar brindando servicios para apoyar nuestro bienestar y nuestra habilidad de enfrentar el cambio climático” comentó Locatelli.
Sin embargo, 15 de los 44 NAPA no hacen mención alguna sobre la importancia de los servicios del ecosistema. De los 468 proyectos definidos en los NAPA, 144 consideran a los ecosistemas pero 37 no consideran cómo los servicios del ecosistema pueden reducir las vulnerabilidades sociales al brindar alimentos y recursos, por ejemplo cuando hay malas cosechas.
Estos proyectos asumieron un enfoque más tradicional de naturaleza delimitante y no incluyeron los beneficios para las poblaciones locales.
Pramova comentó que “algunos de los proyectos NAPA tendían a enfocarse solamente en la protección de la naturaleza y se parecían más a los enfoques típicos basados en la conservación”.
Actualmente no hay una manera estandarizada de evaluar los servicios del ecosistema, lo que puede hacer que la situación sea compleja y sombría para los encargados de formular políticas.
Para dificultar aún más las cosas, los académicos y los encargados de formular políticas ya están empezando a usar un térmico técnico diferente a “adaptación basada en el ecosistema”. En los documentos producidos en la COP17 en Durban, la frase del día fue “enfoques basados en el ecosistema para la adaptación”.
“Tan pronto como empezamos a aclarar un término, las personas empiezan a usar otro” aseguró.
Cada vez se torna más urgente la necesidad de ponernos de acuerdo en un conjunto claro de definiciones y trabajar hacia su implementación en medidas de políticas, concluyeron Locatelli y Pramova, debido a que el cambio climático ya está amenazando impedir o incluso revertir el avance obtenido en las Metas de Desarrollo del Milenio de la ONU.
Agencias/SimaCaribe 24 mar 2012