Representa el último confín del mundo. Es también el lugar más profundo de la corteza terrestre. Situada en el Océano Pacífico, entre Japón, Filipinas, y Nueva Guinea, la Fosa de las Marianas alcanzan en su punto máximo los 11.034 metros bajo el mar y cuentan con 2.542 kilómetros de longitud. Esta gigantesca depresión marina fue descubierta en el último cuarto del siglo XIX, si bien su profundidad no pudo ser concretada hasta bien entrado el XX.............
Recientemente, el director de cine James Cameron anunció su intención de descender hasta el fondo de la Fosa. De finalmente hacerlo sería el tercer ser humano en llegar tan lejos. Los primeros fueron el explorador y oceanógrafo suizo Jacques Piccard y el marino estadounidense Don Walsh en 1960 a bordo del batiscafo Trieste, un sumergible especialmente diseñado para soportar una presión casi 1.100 superior a la de superficie, una fuerza capaz de aplastar a un ser humano. De hecho, el Trieste apenas pudo permanecer 20 minutos en el fondo marino tras más de cinco horas de descenso.
En circunstancias semejantes, durante muchos años se sostuvo que cualquier forma de vida sería imposible a partir de cierta profundidad. Pero la vida, una vez más, demuestra que puede abrirse paso hasta en unas condiciones tan extremas. A medida que la Fosa descienden, los organismos deben estar habituados a la enorme presión existente y la falta de luz, además de unas temperaturas de entre 0 y 2 grados centígrados, si bien la existencia de fuentes hidrotermales provenientes del interior del planeta pueden calentar el agua en distintos puntos creando auténticas colonias de vida.
Aunque cerca de 400 especies hayan sido catalogadas, el misterio se cierne sobre los seres que habitan la Fosas de las Marianas, únicos en el planeta. El primer ser vivo que se localizó en sus aguas fue un calamar gigante. El hallazgo supuso una sorpresa para el mundo científico que se lanzó a la búsqueda de nuevas formas de vida. En 2005 una exploración japonesa logró obtener muestras del fondo marino, en las que se observaron organismos minúsculos vivos unicelulares. Los científicos calculan que estos seres recogidos podrían haberse formado hace seis millones de años. Pero, además, en las aguas de las Fosas, se pueden hallar distintos tipos de peces, pulpos, moluscos...
Adaptados y 'monstruosos'
Para sobrevivir, los organismos que habitan las profundidades abisales se han visto obligados a desarrollar asombrosas adaptaciones a un medio tan hostil, lo que los hace completamente diferentes a los seres de la superficie ?y en algunos casos especialmente monstruosos-. Así, desarrollan, por ejemplo, un agudo sentido de la visión que les permite localizar alimentos o una pareja con la que aparearse. También es característica la forma de boca. Muy grande dotada de afilados dientes ?tanto incluso que impiden a los peces cerrar sus bocas- para evitar que las potenciales presas puedan escapar. La luminiscencia en un mundo tan oscuro también puede suponer un importante factor de supervivencia, aunque también puede servir para alertar de la presencia del organismo a posibles depredadores. Algunos peces poseen aletas dotadas con un sensor en la punta con las que pueden palpar el entorno que les rodea. Otra peculiaridad está en su gran tamaño, cuya causa aún no ha encontrado una explicación unánime.
El descenso de James Cameron a la Fosa de las Marianas puede despejar muchas de las incógnitas que se ciernen hoy día sobre la vida abisal, tanto en ese lugar como en los muchos otros puntos de los océanos terrestres por los que se extiende. ?Estamos allí para hacer ciencia, pero también para llevar a la persona promedio que sólo imagina estas cosas y mostrarle cómo son realmente", declaró a la BBC el director de Titanic, The Abyss o Avatar. Su ?nueva aventura? promete desvelar muchos misterios.
Agencias/SimaCaribe 24 mar 2012