sábado, 25 de agosto de 2012

Huellas dentales permiten identificar especie familiar de los moluscos



La huella dental de pequeños invertebrados fósiles, que pacían en los fondos marinos hace 500 millones de años, permitió al cabo de una larga investigación encontrar su familia lejana formada por caracoles, conchas, calamares y otros moluscos modernos. Durante décadas los científicos se perdieron en conjeturas sobre el lugar de los wiwaxia y odontogriphus, fósiles que remontaban al período cámbrico medio en el árbol de la evolución de las especies. ¿Eran moluscos primitivos, primos de las lombrices o una especie completamente separada desaparecida hace tiempo sin dejar descendencia. Gracias a un análisis detallado de su extraño aparato dental con un microscopio electrónico, un investigador de la Universidad.................de Toronto (Canadá), Martin Smith, piensa haber resuelto el enigma.

"Su cavidad bucal es la que se parece más a la rádula, una especie de cinta que se encuentra en casi todos los moluscos y que les sirve para alimentarse", indicó a la AFP el biologista, que publica el resultado de su investigación en la revista británica Proceedings of the Royal Society Broadora.

"Mi nueva reinterpretación de sus 'dientes' muestra que se trata de moluscos primitivos", afirma Smith.

Los moluscos -pulpos, ostras, mejillones y todo tipo de gasterópodos- engloban decenas de miles de especies, por lo cual en cantidad son la segunda ramificación animal.

Sin embargo se conoce muy poco sobre los comienzos de su evolución.

Odontogriphus ("enigma dentado" en griego) era una especie de gusano chato achatado que podía medir 15 cm de largo, mientras que Wiwaxia, cuya longitud iba de 1 mm a 5 cm, estaba cubierto de espinas y placas duras.

Esos fósiles fueron hallados en los esquistos de Burgess, en las Montañas Rocallosas de Canadá, donde se habían depositado durante el cámbrico medio hace 505 millones de años.

Para estudiar esos fósiles, Martin Smith utilizó un microscopio electrónico que aporta una resolución mil veces superior a la de un microscopio clásico, lo que le permitió "distinguir muchos más detalles" en la cavidad bucal que sus predecesores.

Las reciente evoluciones tecnológicas permiten estudiar fósiles grandes con un microscopio electrónico sin dañarlos, lo que no era posible hasta hace pocos años.

El biólogo canadiense concluyó que sus observaciones sobre wiwaxia y odontogriphus muestran que tenían entre dos o tres filas de dientes de tamaño similar, entre 17 y 33, con dientes más pequeños en los bordes.

Esos dientes funcionaban probablemente de la misma manera que en los moluscos modernos, haciendo movimientos de vaivén alrededor de la lengua.

"No veo como se puede seguir dudando de que se trata de moluscos", afirma tajante el investigador.

Queda por determinar si esos fósiles son los antepasados directos de los actuales moluscos o una especie de "tía vieja" que se quedó "solterona".

En el cámbrico existía de modo verosímil una gran cantidad de especies similares que vivían al lado de los wiwaxia y de los odontogriphus, pero teniendo en cuenta que las especies distintas no se pueden reproducir entre ellas, sólo una pudo haber constituido la raíz de los caracoles y las babosas.

Odontogriphus y wiwaxia eran quizás los antepasados de los moluscos "pero es más probable que fueran miembros de una familia cercana, posiblemente una tía del linaje que desembocó en todos los moluscos", dice Smith.

Agencias/SimaCaribe 25 ago 2012