jueves, 12 de marzo de 2015

Descubriendo al gigante de las profundidades


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El Architeuthis dux o calamar gigante es una especie muy delicada ante los cambios ambientales, en especial de temperatura; detecta la sobrepesca a grandes profundidades; es sensible a la contaminación marina; y puede considerarse un indicador de la salud de los ecosistemas acuáticos. Son algunas de.......... las premisas de las que parte un grupo internacional de investigadores encabezado por el español Ángel Guerra, del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC en Vigo, para lanzar una iniciativa en la que se reclama que sea considerado la especie emblemática utilizada para la protección y conservación del medio marino profundo.

"Podría ser el panda de las profundidades oceánicas", defiende Ángel Guerra ante un debate que ha surgido en el seno de la Unión Europea y en el que la tesis de que pase a ser una flagship speciesde protección de ambientes y ecosistemas como los cañones submarinos ha recibido ya el apoyo de científicos de Japón o Australia. Para sustentar su propuesta recuerda que los 18 metros de longitud y 250 kilos de peso que llega a alcanzar y los mitos y leyendas que han rodeado a este organismo ya descrito en la Odisea de Homero, en los escritos científicos de Plinio el Viejo o en las Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne lo convierten en una especie que atrae al gran público y garantiza que todo museo o exposición que incluya un ejemplar sea un éxito asegurado.

Este debate, en el que también aparecen detractores, lo recoge Ángel Guerra en su último libro de divulgación sobre el calamar gigante,Géants des profondeurs ('Gigantes de las profundidades'). Lo ha publicado en francés en colaboración con el investigador honorífico del Museo Nacional de Historia Natural de París Michel Segonzac y este miércoles 11 de marzo lo presentan en La Maison des Océans del Instituto Oceanográfico de Mónaco en París.

En Géants des profondeurs' abordan desde los mitos y leyendas que han ido surgiendo en torno a esta especie, hasta los resultados de las últimas investigaciones, incluyendo el estudio que en el año 2013 concluyó que había una única especie de calamar gigante en el mundo, el Architeuthis dux. El investigador gallego fue el único español participante.

¿Qué edad puede alcanzar el calamar gigante?, ¿cómo es la cópula?, ¿cómo es la fecundación?, ¿dónde ponen los huevos?, ¿cómo son los huevos?, ¿cómo son sus estrategias de caza?, ¿cómo se han distribuido por todo el mar convirtiéndose en una especie cosmopolita? y ¿cómo son sus migraciones? El libro intenta responder a estas ocho preguntas. Son los retos que, a juicio de Ángel Guerra, todavía tienen por delante los investigadores. Cuestiones que no tienen respuesta por la falta de apoyo económico a los proyectos para indagar sobre una especie "sin interés comercial" y por la dificultad inherente que presenta el estudio de una especie que "se resiste a la imagen" y que es difícil de encontrar para poder analizar.Cientos de expediciones, proyectos científicos y líneas de investigación han estudiado el calamar gigante desde que el biólogo danés Japetus Steenstrup lo describió por primera vez en 1857 y lo bautizó como Architeuthis dux, el príncipe de los calamares, pero más de un siglo y medio después, sigue rodeado de misterio. Los enigmas se multiplican alrededor de una especie que para muchos continúa asociada a las historias del Kraken de grandes tentáculos de Escandinavia.
Las imágenes más buscadas

Del calamar gigante se encuentran cadáveres, ejemplares moribundos flotando en la superficie o restos en cachalotes o delfines, pero difícilmente se avista vivo. Géants des profondeursrelata los resultados de las campañas y expediciones que se han llevado a cabo desde 1996 para observarlo in situ y grabarlo en su medio natural y el gran logro de la cadena japonesa NHK y la estadounidense Discovery Channel. En el año 2012 lograron grabarlo por primera vez en las profundidades marinas a una profundidad de 630 metros a unos 15 kilómetros al este de la isla de Chichijima, en Japón.

A pesar de esta resistencia a mostrar el rostro, los investigadores tienen registrados cerca de 700 registros de calamares gigantes varados o vistos en el océano, que le han permitido sacar conclusiones acerca de cuestiones como la alimentación y su condición de caníbal. 40 de esos cadáveres pasaron por el Museo del Calamar Gigante de Luarca (Asturias), pero las líneas de investigación y divulgación abiertas en este centro dependiente de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma) sufrieron un duro revés cuando en febrero de 2014 una ciclogénesis explosiva destrozó las investigaciones y provocó la pérdida de varios ejemplares y de 20 años de trabajo."Los encuentros con Architeuthis duxno se producen a gusto del investigador, sino de vez en cuando. Entonces, no se puede montar una línea fija y bien estructurada de investigación cuando los hallazgos son fortuitos", indica Ángel Guerra, para explicar que en su departamento de Ecología y Biodiversidad Marina en Vigo su estudio es una línea complementaria de investigación.
Prospecciones de petróleo y gas

Al situar esos 700 registros en un mapa, los investigadores también han podido verificar que el calamar gigante ha desaparecido en algunos puntos del planeta y que en otros como, por ejemplo, Noruega era muy abundante y ahora prácticamente no existe. Esta evolución les ayuda a sustentar su defensa de que debe ser considerada una especie emblemática, pues han detectado también que están apareciendo más cadáveres en aquellas zonas en que las prospecciones de petróleo y de gas son más frecuentes, como Terranova, Brasil o la costa cantábrica.

Géants des profondeurs termina con una proyección hacia el futuro. Un futuro no muy lejano en el que Ángel Guerra defiende que "podría ser un elemento de decir: 'cuidado, que estamos haciendo las cosas mal, no es que no tengamos que buscar petróleo, pero vamos a cambiar un poco la estrategia porque esta está provocando una serie de mortandades en animales'". El calamar gigante es una de las especies, pero podrían añadirse varios cetáceos a la lista de ejemplares que, en su opinión, se atontan, suben a la superficie y acaban falleciendo como consecuencia directa de la onda acústica que generan los cañones submarinos disparados en esas prospecciones o en las operaciones con sónares de barrido lateral de la OTAN.

Agencias/Simacaribe 12/03/2015