jueves, 5 de abril de 2012

"Ritual prehispánico la pesca de la sardina"


Un ritual de los más antiguos y con inicios prehispánicos rescatado en la época moderna, es el que sirve de marco al inicio de las vacaciones de la llamada “Semana Santa” en la región de la Sierra, asentamiento de la antigua cultura zoque, el acto enmarcado es iniciado con una danza y ritual en el interior de las grutas de aguas sulfurosas donde habita una pequeña sardina prácticamente desaparecida................................................Con la presencia de distinguidas personalidades del gobierno y la Secretaria de Turismo, Yolanda Osuna Huerta, se llevó a efecto la tradicional Pesca de la Sardina en el Centro Turístico “Villa Luz”, ritual prehispánico de origen zoque que se realiza año con año en la Villa Tapijulapa, evocando a los dioses para que manden abundantes lluvias y cosechas todo el año.

El ritual se realiza tradicionalmente en las afueras de la Cueva de la Sardina y es efectuada por un grupo de danzantes encabezados por un patriarca que es el encargado de elevar la petición a los dioses. Este año, el ritual inició a las 12:20 horas del 01 de abril del presente año. Ya que por primera vez se llevó a cabo una obra teatral con el nombre de la pesca de la sardina por la compañía del grupo de teatro de Oxolotán.

En el evento estuvieron presentes el alcalde municipal, Ulises Solís García; la presidenta del Voluntariado DIF Municipal, Profesora Gina Méndez de Solís y la embajadora Rocío Domínguez, entre otros funcionarios del Estado.

La Pesca de la Sardina, constituye una de las tradiciones prehispánicas más antiguas del estado de Tabasco. Por fortuna, hoy todavía podemos apreciarla convertida en una de las romerías más frecuentadas por el turismo nacional e internacional.

Este ritual que se inició con los zoques, grupo étnico que habitaba la región sur del estado cuando llegaron los españoles, ha sobrevivido a través de los años gracias a que algunas personas como el extinto señor Julio Ocaña o grupos marginales de la iglesia católica, lo guardaron celosamente como un legado cultural de sus antepasados.

Según narran los mismos habitantes de la villa, originalmente la Pesca de la Sardina no tenía un día definido para realizarse, sino que se efectuaba durante el período de sequía el día que más calor hacía. Generalmente estos días coincidían con la cuaresma católica.

A inicios del siglo XX durante el llamado garridismo, este ritual fue marginado dado que “El Sagitario Rojo” veía en estas expresiones indígenas sólo evidencias de retraso y marginación, y él quería que el lumpen social aprendiera a leer y se civilizara, olvidándose del fanatismo inculcado por tradiciones indígenas y credos religiosos como la religión católica.

De este modo la Pesca de la Sardina que por tradición se realizaba en la “Cueva del Azufre (o Cueva de la Sardina)” ubicada en el paraje Villa Luz, sitio boscoso que durante este tiempo adquirió para su descanso don Tomás Garrido Canabal, se vio relegada a grupos marginales indígenas casi clandestinos que soterradamente guardaron las antiguas enseñanzas de sus padres.

Fue en el período 1983-1985 presidido por el profesor Fausto Méndez Jiménez, que habitantes de la villa como el profesor Felipe Mendoza del Solar y el poeta tapijulapense Armando Felipe Mendoza Vázquez, mejor conocido como “El Cisne de Cuesta Chica”, se acercaron al munícipe para pedirle que rescatara esta antigua tradición que prácticamente ya estaba desaparecida. De este modo y por motivos de aprovechamiento turístico dado que concordaba con las vacaciones de Semana Santa, decidieron realizarla cada domingo de Ramos, fecha que hasta el día de hoy se respeta, pues en nada altera la tradición.

El ritual de la PESCA DE SARDINA tiene dos objetivos fundamentales: el primero, pedir permiso al “dueño de la cueva” para que los deje pescar una sardina que habita en el interior de la gruta en un arroyuelo sulfuroso que nace en el interior de la misma; y el segundo, pedir a los dioses que llueva, ya que por el enorme estío padecen hombres, animales y plantas.

Presumiblemente este ceremonial que es un ritual de la fertilidad en honor de Chac Mol, no es más que un remanente de antiguos ritos que los zoques practicaban en honor del dios de la lluvia de los mayas.

Originalmente, el ritual iniciaba desde las 08:00 horas, hora en que un grupo de danzantes acompañados por un tambor y una flauta, se dirigen a la entrada de la cueva a pedir permiso para acceder a la gruta y pescar sardinas.

Los danzantes -encabezados por un patriarca, chamán o abuelo-, visten pantalones y camisa de manta portando entre sus manos un canasto con flores silvestres y velas. De igual manera cargan en el hombro una pushcagua hecha con hoja blanca o tanay, donde llevan una pasta blanquecina forjada a base de bulbo de barbasco y cal viva.

Frente a la cueva pronuncian una oración y efectúan una breve danza, luego de lo cual penetran a la oquedad y desasen en el arroyo la pasta de barbasco. Y como por arte de magia, a efecto de esta sustancia tóxica, las sardinas empiezan a emerger a la superficie de las aguas en cientos y miles de pececillos que son fácilmente atrapables con canastos o cualquier recipiente. Es la antigua sabiduría de los zoques repitiéndose en mitad de los siglos.

Posteriormente el pueblo es llamado a participar del regalo de los dioses y por la tarde a esperar la lluvia. Este día se convirtió así en un día de fiesta para los tapijulapanecos.

Agencias/SimaCaribe 5 abr 2012