lunes, 20 de junio de 2011

Alcoholismo consume salario de pescadores

Alrededor de un 90% de su ingreso se destina a gastos en bebidas etílicas. 

Los ingresos de los pescadores de Puerto Juárez no se ven afectados por uno, dos o tres días de lluvia, "su severo alcoholismo es el que afecta su economía", confirmaron diversos testimonios de los mismos pescadores.

"La mayoría trabajamos dos días para sacar la semana; esa es la verdad", explicó uno de ellos quien ayer descansaba, pese al mal tiempo del día anterior cuando no pudo pescar.

"De la pesca sí sale, pero se dedican a estar tomando y malgastan su lana", dijo uno de los pescadores a quien el dinero, no se le va en el alcohol sino en 'sus dos mujeres', en cambio "el 'Sonrics' diario se va al bar, llega a su casa sin un quinto y deja a su vieja con 300 pesos para toda la semana", señaló el pescador.

La ganancia en una salida a pescar es de alrededor de mil 500 pesos, si se hace fuera de una cooperativa y sin respetar los tiempos de veda, y es a lo que varios de los pescadores están acostumbrados a ganar. Lo que una persona de otro oficio gana en 15 días, el pescador lo obtiene en tres días, es decir, que registra un ingreso de tres a cuatro mil pesos semanales, si es que se trabaja con la cooperativa.

Sin embargo, el alto costo del vicio consume "entre 80% o 90% de sus ganancias" explicó un pescador retirado, "y si haces cuentas, es mucho dinero en puro alcohol y siempre están pidiendo dinero prestado entre ellos".

El problema del alcoholismo entre los pescadores parece no ser combatido sino fomentado por las cooperativas, como es el caso de Horizontes Marinos, asociación que ha rentado una parte de su infraestructura para que un particular ponga una "tiendita", donde mayormente se vende alcohol y cervezas.

Pescadores no respetan tiempos de veda

Hoy en día, la veda de fauna marina como la langosta o el pulpo no es respetada por los pescadores de Puerto Juárez, y mucho menos por la cooperativa pesquera Horizontes Marinos, ubicada en la misma zona costera. 

La corrupción y falta de vigilancia son las causas principales para que no se cumplan con los tiempos establecidos para realizar esta actividad, aseguran testigos de esta negligencia.

A pesar de que las cooperativas son las únicas que pueden contar con los permisos de pesca para especies marinas reservadas, es decir, aquellas que tienen un periodo de veda, son las mismas cooperativas las primeras en no respetar dichas prohibiciones.

Justo frente al local de la cooperativa hay varias estrellas de mar provenientes de un parque marino en el cual está prohibida la captura, las cuales se les quitan las vísceras para ser vendidas en la zona hotelera por 10 pesos cada una.

Podría pensarse que la policía en la zona hotelera detendría a estos comerciantes, pero "reciben 500 pesos a la semana para dejar vender sin molestar", señalaron.

La forma en la cual la cooperativa pesquera Horizontes Marinos funciona, gira en torno a dos aspectos: "socios" y "aspirantes". Un pescador trabaja alrededor de nueve meses para que pueda aspirar a ser socio de la cooperativa, la aceptación a dicha solicitud debe realizarse en un máximo de 12 meses. 

En Horizontes Marinos existen menos de 15 socios "de los cuales sólo dos pescan, los demás se la pasan en la calle", los aspirantes son quienes mantienen la cooperativa, ya que cada pesca que es vendida por ésta, deja un aproximado de entre 10% y 12% de la ganancia en la asociación.

Los beneficios de ser cooperativa son recibidos básicamente por los socios, actualmente trabajan sólo 15 lanchas al día, en Puerto Juárez, debido al mal funcionamiento de las restantes. Algunas veces un pescador tiene un motor que sirve, el otro una lancha, y así se juntan para ir a pescar, el principal apoyo que buscan es la reparación de los motores, pero hasta ahora ningún aspirante lo ha recibido.

A decir de Santos Cuevas Liceas, presidente de la cooperativa Horizontes Marinos, a ésta "le dan los formatos de solicitud, pero no todos salen beneficiados, la ultima vez se pidió el apoyo para la reparación o compra de motores para cuatro lanchas, pero sólo una fue aceptada".

A lo anterior los pescadores respondieron que "primero todos ellos (los asociados) tienen que tener su motorcito nuevecito, y luego quizá, nos ayuden", y expresaron que "varias lanchas tienen el motor descompuesto y esto afecta a tres o cuatro familias; las ayudas del gobierno deberían ser por lancha y no tener intermediarios como las cooperativas, porque los aspirantes, quienes realmente trabajan, no reciben nada."

Permanecer en la cooperativa como aspirante tiene la única ventaja de contar con el permiso de venta de especies vedadas, pero esto sólo funciona por temporadas, por lo que la pesca furtiva dentro y fuera de la cooperativa es regular, "los cooperativistas lo saben, y todos lo sabemos", explicó uno de los entrevistados, quien decidió permanecer anónimo.

"Ésta era una buena cooperativa, pero la rapiña de los corporativos (...) fue desgastando el sistema cooperativista generando una desigualdad entre los aspirantes quienes realmente pescan, y lo asociados, quienes reciben los beneficios gubernamentales otorgados a la agrupación", señaló el informante; debido a ello, la pesca prohibida se presenta como una compensación para quienes sólo viven del dinero producto del mar, y es que el kilo de langosta es comercializado hasta en 350 pesos, de los cuales, al ser mediada la venta por la cooperativa, entre 50 o 60 pesos, van a la organización.

La diferencia entre una pesca de especies reservadas y una sin ellas es de aproximadamente 60% menos en ingresos, de ahí la falta de respeto a la restricción.

La pesca normal es vendida a proveedores del Mercado 23 y microempresarios, quienes compran principalmente mero, boquinete, pargo y langosta. La pesca fuera de temporada realizada por los pescadores aspirantes es vendida a "un señor que exporta, según, a otros países" y para poder continuar como aspirantes entregan a la cooperativa "uno o dos días de producto para que se estén tranquilos."

Uno de los principales problemas de la pesca en temporada de veda es que interrumpe el proceso de reproducción de las especies marinas, ya que se capturan, en el caso de las langostas, cuando aún son muy pequeñas o en el caso de las hembras, cuando tienen huevecillos que albergan la nueva generación de la especie. 

"Cuando matamos langosta aún con huevecillos, ¿qué puede quedar? Nada", explicó uno de los entrevistados, quien agregó que "la veda de pulpo se abre hasta para el uno de agosto, pero si lo vemos lo sacamos también; al mero tampoco se le respeta su veda."

La ilegal práctica no sólo se puede apreciar en Puerto Juárez, los mismos pescadores explican que tanto en Cabo Catoche como en Boca Iglesia, se aprecia la falta de respeto hacia la medida, "allá es como si la veda no existiera". En Boca Iglesia, además, se pesca el pez tigrillo, una especie también amenazada.

Para algunos pescadores la captura en tiempo de veda por parte de aspirantes, es una forma de recuperarse de los malos tiempos y la "injusticia cooperativista", pues los costos de salida por lancha son aproximadamente de mil pesos, entre gasolina (700 pesos), aceite (100 pesos) y otros gastos como desayuno y agua para beber. Además, el buceo que se realiza es "rústico y arriesgado", sin contar con que no hay una correcta formación entre los buzos respecto a los tiempos de descompresión necesarios por cada inmersión: en un ascenso que debería tardar entre 25 y 30 minutos para evitar daños físicos, se hacen un tiempo de cinco minutos.

El consumo de carne de tortuga, "se hace dentro de la lancha para no arriesgarse, porque ahí si te atrapan es como haber matado a una persona, por eso la cortamos en el mar y si alguien nos ve, solamente tiramos la tortuga al mar."

Esta impunidad es respaldada por un amplio marco de corrupción, que va desde los policías turísticos, hasta los altos funcionarios "se hacen de la vista gorda porque la federación de cooperativas está constituida por alrededor de 30 cooperativas (...) es mucho poder político." 

Es tarea de la Profepa que se respeten los tiempos de veda

El presidente de la cooperativa pesquera Horizontes Marinos, Santos Cuevas Liceas, explicó en entrevista vía telefónica, al ser cuestionado sobre los pescadores que no respetan los tiempos de veda, aplicados a especies marinas como la langosta, que él no tiene por qué quemar a nadie.

Pese al problema que puede generar a largo plazo el incumplimiento de la medida, afectando a los mismos pescadores, Santos Cuevas añadió, "todos somos pescadores y no tengo por qué dar nombres, ni quemar a nadie, ese no es mi problema, es problema de la Profepa".

La cooperativa se encuentra en un declive de credibilidad por las declaraciones dadas por varios pesqueros y aspirantes a socios, en relación a la falta de respeto por parte de la sociedad a la veda e incluso al parque marino que está frente a Horizontes Marinos, donde se aprecia cómo capturan y secan para su venta, estrellas de mar, lo cual está prohibido.

"Los de las estrellas de mar no somos nosotros, a nosotros no nos incumbe", explicó en relación a lo anterior el presidente de la cooperativa.

Las declaraciones se dieron luego de explicarle que pescadores y aspirantes señalaron a dicha asociación como "la que menos respeta la veda, porque tiene cierto amparo al ser cooperativa".

Otra de las inconsistencias señaladas por pescadores y aspirantes es la monopolización de las plazas de socios en la cooperativa, a lo que contestó: "¿Dime quién te dijo eso? Somos 11 socios y 10 aspirantes, y ellos sí se benefician de los programas de apoyo, a uno se le dio un motor nuevo".

El integrante de la cooperativa pidió que se le informara de quién había denunciado las supuestas anomalías a las que calificó de "mentira" y comentó que "los que infringen la ley son quienes no están afiliados a mi organización".


Agencias/SimaCaribe 20 jun 2011