Un estudio realizado por reconocidos expertos mundiales en pesquerías presenta una alarmante evaluación de varias poblaciones de peces de gran importancia económica. El análisis de 61 especies de escómbridos, una familia a la que pertenecen los atunes, bonito, caballa, carite y peces picudos -como el pez espada y el marlín-, clasificó siete de ellos como en peligro de extinción y a cuatro como “casi en peligro” para la Lista Roja de Especies en Peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN).
El profesor adjunto de la Facultad de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami Rosenstiel y vicedirector del Instituto Cooperativo de Estudios Marinos y Atmosféricos de laAdministración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), David Die, y sus colegas evaluaron científicamente las poblaciones de las especies y el estado de conservación bajo las Categorías y Criterios de la Lista Roja de la UICN, que es el sistema para clasificar el riesgo de extinción en el nivel de las especies más aceptado.
“Las evaluaciones de la UICN nos proporcionan una visión diferente del estado de conservación de los recursos marinos, cuando se las compara con las de las organizaciones de administración pesquera”, explica Die, que estudió durante más de 12 años las especies altamente migratorias como el atún y los peces picudos.
Die investiga estas especies y colabora regularmente en evaluaciones de peces picudos y atunes tropicales del Atlántico. Para este estudio de revisión de la UICN, en particular, aportó información sobre las tendencias de abundancia y los parámetros biológicos de las especies de atunes y peces picudos grandes del Atlántico.
De 61 especies conocidas, 7 están clasificadas en la categoría “en peligro”, con un riesgo grave de extinción. Cuatro especies están como “casi en peligro” y casi dos tercios figuran en la categoría de “menor preocupación”.
Según la UICN, cada vez hay una mayor preocupación de que a pesar del estado saludable de varios stocks de peces epipelágicos (los que viven cerca de la superficie), algunos escómbridos y especies de peces picudos estén siendo muy sobrepescados. Además, sostiene que falta resolución para abordar la protección contra la sobreexplotación impulsada por los precios altos.
Las poblaciones de peces del mundo están bajo gran presión por la sobrepesca, la contaminación, la degradación del hábitat y las enfermedades. La FAO estima que el 25% de los stocks de peces marinos de importancia económica en el mundo están sobrepescados o agotados.
Los escómbridos y los peces picudos están en todos los océanos del mundo, principalmente en las costas y regiones marinas costeras tropicales y templadas, y varían enormemente en tamaño y expectativa de vida. El pez picudo más grande, la aguja azul, y la especie de escómbridos más grande, el atún de aleta azul del Atlántico, pueden alcanzar más de cuatro metros de largo. Por otra parte, la especie más pequeña de escómbridos, la caballa de la India, sólo llega a un máximo de 31 centímetros.
La salud de las pesquerías oceánicas se evalúa de diferentes maneras. La revisión de la UICN busca identificar especies en peligro de extinción, mientras que las evaluaciones de administración pesquera se enfocan en la sustentabilidad de la población ante la explotación.
“Nuestro estudio arriba a conclusiones similares a las de la FAO -indicó Die-. Aproximadamente, un cuarto de los stocks de peces de todo el mundo y especies de escómbridos están en mal estado de explotación sustentable o conservación.”
El estudio, titulado “High Value and Long Life—Double Jeopardy for Tunas and Billfishes” (Alto valor y larga vida: peligro doble para los atunes y peces picudos”, se publicó el 15 de julio en la revista Science.
Agencias/SimaCaribe 27 jul 2011