El caracol rosado (cuyo nombre científico es Strombus gigas) es una especie marina con alto valor comercial que se encuentra en el arrecife mesoamericano, del cual forma parte México.
Su hábitat ideal son los fondos marinos rocosos-arenosos con pastos marinos y aguas limpias, desde poco profundas hasta profundidades de más de 40 metros.
Por esa razón, pescadores de Quintana Roo denunciaron que el caracol rosado que habita en la Reserva de la Biosfera Banco Chinchorro está en riesgo ante la captura excesiva, por lo que solicitaron a la Semarnat establecer una veda por cinco años.
Destacaron que para hacer efectiva la medida se requiere la aplicación estricta de la ley, con la que se sanciona la pesca furtiva de esa especie de cinco a nueve años, elevándose al doble cuando dicha actividad se realiza dentro de un Área Natural Protegida (ANP).
En un comunicado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) refirieron que de acuerdo con estimaciones recientes, sólo en 2009 dicha actividad ilegal capturó entre 40 y 50 toneladas de dicha especie.
La Semarnat refirió que la solicitud fue hecha por los pescadores de tres sociedades cooperativas que operan dentro de la Reserva de la Biosfera Banco Chinchorro (Andrés Quintana Roo, Banco Chinchorro y Langosteros del Caribe).
Destacó que los pescadores trabajan en coordinación con la dirección de esa Área Natural Protegida, a fin de lograr recuperación de las poblaciones del caracol rosado, que se ha reducido de forma drástica por su captura excesiva.
Al respecto, la directora del ANP, María del Carmen García Rivas, refirió que las cuotas de captura en la década de 1970 eran de 300 toneladas anuales en el Banco Chinchorro, mientras que en 1996 sólo llegó a 30 toneladas, y el año pasado sólo se autorizaron 4.5 toneladas.
Refirió que la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) apoya a los pescadores con recursos del Programa de Conservación para el Desarrollo y del Programa de Empleo Temporal para mejorar o mantener su situación económica.
La funcionaria detalló que en el Banco Chinchorro opera un Comité de Delitos Ambientales que ha posibilitado que haya una respuesta más efectiva a la vigilancia del área y en el seguimiento de los procesos legales.
“Adicionalmente, existe una gran disponibilidad de los pescadores a los cambios y obtener nuevas tecnologías y actitudes sobre la pesca”.
Agencias/SimaCaribe 26 jul 2011