La crisis afecta a todos y a todo. Las playas murcianas no se libran de su azote, y las banderas azules no han sido una excepción. En 2007, las playas de la Región de Murcia obtuvieron 24 de estos distintivos de calidad. Este verano solo han logrado doce. En los últimos cinco años se ha registrado una disminución progresiva que ha terminado por reducir a la mitad el número de distintivos.
La bandera azul es un distintivo internacional (Europa, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Canadá y el Caribe) que otorga anualmente la Fundación Europea de Educación Ambiental a las playas y puertos que cumplen una serie de condiciones ambientales y referentes a instalaciones. Los criterios se refieren al cumplimiento de las normas de calidad del agua, la seguridad, la prestación de servicios generales y la ordenación del medio ambiente.
En cualquier caso, es preciso reseñar que existen otras circunstancias incontrolables, que no tienen nada que ver con los recortes que los ayuntamientos del litoral de la Región han tenido que aplicar en sus presupuestos de mantenimiento y mejora de playas. Tal es el caso ocurrido en la playa de Islas Menores, en el Mar Menor cartagenero. Como subraya el director del Instituto Municipal del Servicios del Litoral (IMSEL), José Gabriel Ruiz, «en ese caso se han registrado fenómenos naturales de arrastre a través de las ramblas, que han llenado las orillas de piedras, y eso ha sido un hándicap para la concesión de la bandera».
Al margen de estos sucesos 'imprevistos', como también lo es avance de la línea de mar, (o lo que es lo mismo, la desaparición de grandes franjas de arena), lo cierto es que los ayuntamientos en general han visto como año a año, el número de banderas ondeando en el horizonte ha ido mermando. Unos más que otros, porque, mirando las estadísticas, se observa que Cartagena y Águilas han mantenido el tipo, con pequeñas oscilaciones desde 2006.
Los 'bajones' han venido de la mano de Mazarrón, pero sobre todo, de los municipios del Mar Menor: Los Alcázares, San Javier y San Pedro. Es más, desde 2008 (contaron con ocho) no han obtenido ni una sola bandera. Pero la cuestión no es sólo que no se les hayan concedido, sino que incluso, no se habría llegado siquiera a presentar la solicitud.
En el trasiego de los recientes cambios de gobierno en esos tres municipios (han pasado del PSOE al PP), no ha sido posible lograr una información clarificadora sobre los motivos que han llevado a esta situación, pero según informaron fuentes municipales de San Javier, «ante la imposibilidad de disponer del presupuesto de años precedentes, muy probablemente los tres ayuntamientos prefirieron no formalizar la solicitud porque se sabía que no se iban a conceder las banderas».
El caso más notorio es el de Los Alcázares. Las playas de Los Narejos, Manzanares, Palmeras, Carrión y La Concha tuvieron bandera azul en 2008. Los años siguientes, cero.
Examen minucioso
La bandera azul es, según los expertos, el logotipo de calidad más prestigioso que cualquier playa puede acreditar. Se concede sin entrar a valorar las mejoras o deméritos respecto a años pretéritos. Si cumple los 27 requerimientos estipulados en materia de legalidad, sanidad, limpieza, calidad del baño, seguridad, información y gestión medioambiental, se le concede. Las playas pasan la inspección a finales de primavera con la vista puesta en posibles denuncias formales, o través de los medios de comunicación, de los usuarios.
Sin embargo, ante las dificultades que acarrea la concesión de una bandera azul, los ayuntamientos del litoral de la Región han acudido en los últimos años a un sistema alternativo, concretamente la Q de Calidad Turística, la certificación más novedosa que se aplica a las playas. Este distintivo lo emite el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), entidad de certificación de sistemas de calidad en ese ámbito. Es un organismo español, privado, independiente y sin ánimo de lucro.
Para mantener la marca de Q de Calidad Turística, la playa o empresa debe ratificar anualmente la certificación. La diferencia de esta marca respecto a la bandera azul radica en las normas, definidas por empresarios, administraciones y expertos, por lo que se ajustan más, según sus promotores, «a las necesidades y demandas de los usuarios del servicio turístico».
Agencias/SimaCaribe 2 ago 2011