En un exuberante rincón de Jamaica, una batalla se lleva a cabo por una laguna alimentada por manantiales donde la cambiante luz del día transforma el agua de resplandeciente color jade a cobalto brillante.
La Laguna Azul, con sus tres bordes, es una deslumbrante lágrima de agua de 122 metros de longitud (400 pies) que se junta con el Caribe a lo largo de la costa que una vez fue escondite de ricos y famosos y escenario de una película que protagonizó la actriz estadounidense Brooke Shields.
La pequeña costa de la laguna ya fue estropeada por un restaurante que fue abandonado tras un huracán y una plataforma de helicóptero destruida. Ahora un nuevo desarrollo causa alarma entre los ecologistas que intentan salvar una de las más gloriosas atracciones naturales de Jamaica.
El propietario de un pequeño hotel en la cima de una colina con vista hacia la laguna ha derribado una parte de bosque y de manglar para crear una playa privada con arena blanca que podría estropear el ambiente único.
En la mayoría de los sitios en este país altamente dependiente del turismo y en el que los políticos suelen considerar el cabildeo de los ecologistas un estorbo al desarrollo económico, una pequeña playa donde se eliminan manglares difícilmente podría merecer una noticia.
Pero la Laguna Azul no es cualquier lugar.
Es un inusual medio ambiente donde las cálidas aguas del mar se mezclan con agua fresca de los fríos manantiales en un pozo de 57 metros (186 pies) de profundidad. Pequeños peces azules revolotean alrededor de la orilla mientras fragatas rojinegras bajan en picada.
La caleta fue descrita por primera vez en un diario de 1894 publicado por el fotógrafo pionero Adolphe Duperly. Las pinturas del francés sobre Jamica fueron un éxito en una exhibición de París y ayudaron a la Laguna Azul a volverse destino de los viajeros.
Agencias/SimaCaribe 17 jul 2011
Agencias/SimaCaribe 17 jul 2011